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El invierno impacta a personas que viven en las calles de Quito

Técnicos de la Unidad Patronato Municipal San José informan sobre servicios a habitantes de calle, en el norte de Quito. Foto: Carlos Noriega/ El Comercio

Un cambuche formado por plásticos, cartones y sogas es el único resguardo de seis hombres que viven en la calle. El cuarto improvisado se arma cada noche en una acera de la av. Eloy Alfaro, en el norte de Quito. Este los protege del frío y la lluvia. 

Juan es uno de los huéspedes de la precaria estructura, a la que rodean de ropa vieja, restos de una cama y botellas plásticas. 

Él tiene 49 años y llegó desde Colombia hace poco más de una década. El consumo de drogas, dice, lo ha atado a las calles. Busca dejar la dependencia atrás y tener un hogar. 

Reconoce que en las lluvias de este marzo de 2023, el cambuche no ha sido suficiente.

Algunas noches, empapados, han tenido que correr a la terminal terrestre de Carcelén para resguardarse de los aguaceros. 

Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), en madrugadas como la del lunes 20 de marzo de 2023 se registraron temperaturas entre 3 y 5º C., en el sur y en el norte, entre los 7 y 9º C.

Para el resto de días de la segunda semana de marzo se prevé madrugadas frías y lluvias. 

El Municipio realizó un levantamiento de información sobre habitantes de calle en Quito, en 2022. Se identificó a 793 personas en estas condiciones. Sin embargo, pueden ser más. 

Apoyo para habitantes de calle 

Hasta la vivienda improvisada en la acera de la av. Eloy Alfaro llegan dos técnicos de la Unidad Patronato Municipal San José (UPMSJ). Ellos comparten información sobre sus servicios de acogida, talleres y apoyo psicológico.

Los seis hombres, entre los que están venezolanos y un ecuatoriano, evalúan aceptar el ofrecimiento. 

Uno de los ocupantes tiene una herida en el pie, por lo que está acostado dentro del lugar. A pesar de eso, no acepta acudir a los espacios de acogimiento de la entidad municipal

La UPMSJ cuenta con el Hogar Comunidad de Calle y la Casa del Hermano, en el Centro Histórico. En el primero, se atiende a alrededor de 100 personas por día y en el segundo, a unas 45 familias en movilidad humana. 

40 técnicos de la UPMSJ constatan la problemática en recorridos diarios por calles, bosques, cuevas y quebradas. Sus jornadas incluyen salidas nocturnas, de 17:00 a 01:00. 

Que una persona acepte los servicios ´puede tomar meses. Esto incluso cuando se incluye un espacio para resguardarse de las lluvias y los peligros. 

En estos casos, la ley establece que se debe respetar el principio de voluntariedad.

A quienes no aceptan, el personal recomienda usar fundas en los pies y cubrirse la espalda. En algunos sitios, como detrás del Colegio Mejía (centro norte), optan por sacarse los zapatos para evitar que se los arrebaten. 

Mayor riesgo para personas solas 

La comunidad centra la atención en grupos numerosos de habitantes de calle, como aquellos que están al pie de la Basílica y en El Ejido. No obstante, los técnicos remarcan que hay más riesgos para aquellos que pernoctan solos, incluso, de morir. 

Desde enero hasta marzo de 2023, tres habitantes de calle fueron hallados sin vida. Las causas exactas de su muerte no se conocen. Lo que sí se sabe es que el frío empeoró su situación.

La segunda semana de marzo, en San Blas, encontraron a una mujer alcoholizada y dormida bajo la lluvia. Los técnicos la atendieron.

Gustavo, de 58 años, es uno de los solitarios. Él duerme en el ingreso al mercado de La Floresta. Tiene un cuadro psiquiátrico y en muchas ocasiones tiene episodios psicóticos acompañados de reacciones violentas. 

Habitante de calle duerme en el ingreso al mercado La Floresta. Recibe atención de personal
Municipal. Foto: Carlos Noriega/ El Comercio.

Según el estudio del 2022, 1 de cada 10 personas presentó síntomas severos de enfermedad mental

En el caso de Gustavo, desde hace 5 años, acude al espacio del centro norte de Quito. Hay un techo para resguardarse de la lluvia y coloca un colchón viejo, plásticos y se cubre con mantas desgastadas. 

El hombre tiene una discapacidad en la mano derecha y lleva más de 30 años en las calles. 

El 18% de habitantes de calle identificados tiene alguna discapacidad, sobre todo, física (40%) y únicamente el 2% contaba con carné del Conadis. 

Casos críticos

A Gustavo, el personal de la UPMSJ ha tenido que cambiar la ropa. Lo propio ha ocurrido con otras personas, a quienes han encontrado con las prendas mojadas. 

Eso ocurre cuando el nivel de consumo de drogas o de patologías mentales llega al punto en que no perciben el frío, la lluvia u otras circunstancias. 

Quienes no pernoctan en grupo también usan espacios como ingresos a locales comerciales. Estas escenas también se observan fuera de negocios de la av. Eloy Alfaro. 

En cambio, en la plaza Benalcázar, en el Centro, hay una mezcla de solitarios y grupos. Algunos en movilidad humana

Ayudas para habitantes de calle 

La entrega de ayudas en las calles genera opiniones divididas. Los técnicos de la UPMSJ aluden a que muchas veces la denominada solidaridad hace que permanezcan en las calles. Se acostumbran a recibir alimento, ropa, etc. 

En la unidad municipal han presentado propuestas como Dona con responsabilidad. Se han establecido  convenios con empresas privadas y habilitado puntos de entrega de ayudas. 

Hay otras organizaciones que se mantienen firmes en las labores en las calles. 

Recorridos nocturnos

Los 25 voluntarios de la Pastoral Pastoral Social Santa Ana de Nayón entregan comida los martes, cada dos semanas, y gestionan donaciones para repartir ropa y cobijas. 

La preparación de alimentos empieza a las 16:00 y por el frío reforzaron el menú con bebidas calientes. 

Karina Gualoto es parte del grupo. Ella y sus compañeros venden colada morada después de las primeras misas de los domingos en Nayón y comercializan ropa de segunda para recolectar fondos. Aceptan donaciones en la pastoral.

En las salidas nocturnas, dos grupos recorren la ciudad. Uno sale hacia el norte y otro, al sur. Pasan por sitios como la terminal terrestre Carcelén y el Centro Histórico

La Toca de Asís es otro frente de ayuda. Entrega alimentos, generalmente, la segunda semana de cada mes. Con el aumento del frío, el 14 de marzo de 2023, además, entregaron cobijas y ropa abrigada. 

En la Toca de Asís, en el Centro de Quito, preparan y entregan alimentos a habitantes de calle. Foto:
Carlos Noriega/El Comercio.

Su ayuda depende de las donaciones, pero últimamente escasean. Las personas pueden realizar sus aportes en la calle El Retiro (El Tejar) o llamar al 3150 779 o al 099 9252 181. 

En la casa de la Toca de Asís, los martes entregan desayunos y los miércoles, almuerzos. Llegan hasta 120 personas por día. 

En la Fundación Jonathan, en cambio, brindan ayuda en la sede de la organización, en el Itchimbía. También apoyan a adultos mayores y personas con alguna discapacidad. Dan alimentación, medicina, terapias físicas y psicológicas. A diario atienden a unas 500 personas. 

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