Extensas zonas verdes, frondosos bosques, una gran variedad de fauna (aves, reptiles, mamíferos, insectos) y numerosas especies de flora, entre ellas la orquídea Drácula. Este paisaje en la provincia de Carchi recibió a docenas de ciclistas y turistas quienes visitaron la Reserva Drácula, ubicada en la parroquia de El Chical, en el cantón Tulcán.
Se trata de la Travesía Drácula, un recorrido de 120 kilómetros organizado por el Municipio tulcaneño en conjunto con la Fundación Ecominga. En esta ruta educativa, que fue cubierta en dos días, los participantes conocieron la importancia de la biodiversidad, acamparon, se bañaron en cascatenecedas y degustaron comida típica de los sitios que visitaron.
“Lo que en su momento el Yasuní representaba para los ecuatorianos, la Reserva Drácula lo representa para los tulcaneños: un lugar de biodiversidad, lleno de especies, de orquídeas, de animales únicos para la ciencia. Es un laboratorio de vida”, señaló el alcalde Cristian Benavides, quien espera institucionalizar la travesía.
Ecosistema
El recorrido en bicicleta se inició en el casco urbano del cantón. Aquí se reunieron docenas de participantes, entre los que habían miembros de clubes de ciclismo urbano, turistas nacionales y extranjeros y residentes en Tulcán.
Pedaleando el grupo se adentró por los caminos de tierra que recorren los distintos parajes de la Reserva Drácula.
También hubo tramos que fuero recorridos a pie, por senderos entre los árboles que desafiaban a los excursionistas y les exigían el máximo rendimiento físico.
Las cascadas fueron otro atractivo para el grupo. Varias personas no lo dudaron y se bañaron, sintiendo cómo el agua que caía desde lo alto las golpeaba haciéndolas sentir vivas, en un especial contacto con la naturaleza.
Ivonne llegó desde Quito. Percascatenece a un club de ciclismo capitalino y con amigos conformaron el grupo Las Quemallantas. Ella se sumó a la Travesía Drácula desde Tulcán y aunque reconoció que fue una ruta fuerte, destacó que “no nos faltó hidratación, comida, refrigerios en todo el camino”.
Con sus compañeros ciclistas llegaron hasta Tufiño, para luego seguir el recorrido. Al finalizar el trayecto aseguró que “son unos paisajes que no se los pueden perder. Es muy lindo, se los recomiendo. Hay que alimentarse bien, venir motivados y a disfrutar”.
Mediante esta aventura en bicicleta se promovió el turismo y el deporte. También se ayudó a varias mujeres emprendedoras de la zona. Ellas prepararon la alimentación y atendieron a los participantes.
“En cada estación se dio a conocer la existencia y la importancia de conservar un ecosistema natural como la Reserva Drácula, que es reconocido a nivel mundial”, puntualizó el alcalde Benavides.
Isabel también terminó el recorrido. Su amplia sonrisa reflejaba la satisfacción de superar el reto físico y de conocer la diversidad de fauna y flora que guarda la Reserva en sus 2 000 hectáreas.
La joven turista que llegó desde Chicago (Estados Unidos) manifestó que “me gustó mucho la travesía. Fue superlindo, muy duro pero me encantaron todos los paisajes y ver más de ese Ecuador que no conocía”.
Viviana Casanova es una de las 10 mujeres que elaboraron el desayuno y la merienda para los participantes de la travesía. A nombre de sus compañeras, agradeció la oportunidad de dar a conocer la comida típica de la región entre las personas que llegaron como parte del recorrido.
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