Rafael Correa rechazó el documento porque tiene “grandes inconsistencias y más orientación política que técnica”. Foto: EFE
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, rechazó el 5 de julio el reciente informe del Departamento de Estado norteamericano sobre la situación de la trata de personas en el mundo, que ubicó al país andino como incumplido con los estándares de ese tópico.
El mandatario ecuatoriano rechazó el documento porque tiene “grandes inconsistencias y más orientación política que técnica”, pero aclaró que lo que diga el Departamento de Estado “no nos va ni nos viene”.
Agregó que la cuestión de fondo es “en qué convenio o acuerdo mundial, firmado por nuestros países, se ha otorgado la calidad de juez al secretario de Estado de Estados Unidos para que dé esos informes condenando, exonerando, analizando”. Comentó que esos informes son “un atentado a la soberanía de los países” y “rompen la igualdad jurídica” entre ellos. Reiteró que el problema de fondo es conocer “quién les ha otorgado la calidad de jueces” a Estados Unidos, por lo que el mundo debe buscar “un nuevo orden mundial donde no haya capataces”.
Aclaró en una conferencia de prensa que si esos informes felicitarían a Ecuador, “diría lo mismo”.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, publicitó la semana anterior el Informe Anual 2016 sobre la Trata de Personas, en el que considera que Ecuador no cubre todos los estándares establecidos.Sostiene que aunque se acerca a los mismos, no los cumple. Los parámetros son de una ley estadounidense en vigencia desde el año 2000.