Aglomeraciones, reclamos y molestias se registraron en algunos centros comerciales que exigieron el carnet de vacunación para permitir el acceso de los clientes.
Según un documento emitido el 26 de diciembre del 2021 por el Ministerio de Salud, la presentación de este certificado es obligatoria para acceder a espacios públicos y privados.
“A mí nunca me pidieron ningún documento, yo necesito entrar para comprar mis medicinas en la farmacia“, protestaba Ana María, una mujer de la tercera edad que pugnaba por ingresar al Shopping de Durán.
En su reclamo, arremetió contra las autoridades de turno. “Qué COE ni qué Gobernación ni qué nada, tengo que entrar como sea”, gritaba a un costado de la puerta de acceso.
De acuerdo con el comunicado del Ministerio de Salud, en caso de incumplimiento de esta disposición en espacios públicos o privados, la sanción no recaerá sobre las personas no vacunadas, “sino sobre las entidades que prestan servicios públicos y no exigen el certificado de vacunación”.
Los encargados de vigilar el cumplimiento de esta medida son las Intendencias y los Gobiernos Autónomos Descentralizados, en el marco de sus competencias. “Yo quiero entrar para sacar del banco el dinero e ir a vacunarme”, aseguraba Isaías Veloz, que solamente había recibido la primera dosis.
“No tengo para el bus, necesito ir al cajero”, decía este trabajador privado a la persona que revisaba en la puerta el carnet de vacunación y tomaba la temperatura.
Los empleados del centro comercial no estaban autorizados para hablar de manera oficial, pero aseguraron que las personas desconocían de este requisito para ingresar y se enojaban con ellos.
Las protestas y caras largas se repetían en otros centros comerciales de Guayaquil, donde gente que iba a hacer compras o trámites no portaba el documento de vacunación.
En dependencias públicas, como la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) se pedía la presentación del carnet para ingresar a hacer cualquier trámite referente a la matriculación, pago de multas o retiro de placas de los vehículos.
“Solo dos personas no lo cargaban, protestaron pero se fueron a buscarlo y retornaron”, dijo un vigilante que custodiaba la puerta en la oficina del parque Samanes, en el norte de la ciudad.