Cada año el segundo domingo de mayo, se celebra el Día de la Madre. Es una costumbre para las personas que ya no tienen a su mamá a su lado acudir hasta el cementerio para limpiar las tumbas y nichos, poner flores e incluso llevar serenatas. Esta vez, después de dos años de la pandemia, los deudos pudieron concurrir a los centros funerarios para visitar a sus familiares difuntos.
La mayoría de los asistentes al cementerio de El Batán usaba mascarilla. Unos llegaron al área cerrada de los nichos y la mayoría a la zona abierta en la que se ubican las tumbas en tierra. Centenares de personas acudieron con ramos de flores y herramientas como guadañas, tijeras y recipientes para agua, con el fin de arreglar los lugares en los que reposan sus familiares.
Marco Sánchez acudió con su esposa, sus dos hijos y su mascota para visitar la tumba de su suegra. Dijo que siempre van al lugar cada quince días, que lo hicieron la semana pasada, pero que este día es especial y llegaron a semana seguida. Ellos arreglan la tumba, rezan una oración y recuerdan los buenos momentos vividos con Felicidad Viera, cuando ella compartía su casa con ellos. Falleció hace diez años.
Silvia Carrión llegó también a visitar la tumba de su madre y recordó que, cuando vivía, a la “Chavis” le gustaba el vino, así que acostumbra llegar el segundo domingo de mayo al pie de su nicho con un poco del licor de uva y una copa para realizar un brindis y agradecer a la difunta todo lo que hizo por ella en vida.
Un domingo concurrido
El guardia del lugar, Gilberto Cerón, dice que este año no han llegado en este día especial mariachis o conjuntos musicales como ocurría antes de la pandemia. Asegura que, eso sí, es un domingo más concurrido de lo normal y que desde temprano comenzaron a llegar las familias.
En cambio, Víctor Cruz cuenta que su madre falleció hace siete años en un accidente. A él le cuesta creer lo que ocurrió. Dice que su recuerdo es especialmente doloroso en el Día de la Madre. Él tiene 21 años, es soltero y afirma que no tiene ánimo de nada, solo visita el cementerio y regresa a su casa, asegura que ni siquiera tiene ganas de comer. Su padre los abandonó cuando él era niño.
Mientras tanto, la oficina del lugar seguía atendiendo en este día domingo los trámites de quienes querían renovar los contratos de uso del sitio o de aquellos como Carlos Segovia, quien se acercó para iniciar el proceso de cremar el cadáver de su madre, 15 años después de su fallecimiento.
La memoria y el dolor
De su lado, José Luis Pantoja creó un mini jardín repleto de bonsáis delante de la tumba de su madre, dice que es su propio homenaje. Su progenitora, Rosaura, falleció hace ocho años por una neumonía. Dice que los cinco hijos van a visitarla en este día, pero a horas distintas.
En cambio, Jenny López sostiene que este Día de la Madre es especialmente difícil para ella, porque en la tumba está su hija que murió hace seis años dejando a dos niños en la orfandad de los que ella tuvo que hacerse cargo. Dice que una brisa fresca corre cada vez que visita la tumba y que sus nietos sienten la fuerza para seguir adelante con su abuela, ahora que su madre no está. Dice que a ella le tocó ser otra vez mamá.
#DiaDeLaMadre | Las madres de seis provincias del Litoral trajeron al mundo a 130 423 niñas y niños el 2021 » https://bit.ly/3sI7trV
Posted by El Comercio on Sunday, May 8, 2022