Ciudadanos colombianos forzados a cruzar la frontera hacia Ecuador por el paro

La mayoría de solicitantes de refugio trata de ingresar desde Ipiales a Tulcán. Foto: Javier Montalvo / para EL COMERCIO

Era inicios de mayo pasado. En la puerta de su domicilio, ubicado en una zona rural cerca a Ospina, en el departamento colombiano de Nariño, recibió una carta en la que lo amenazaban de muerte si no hacía una contribución económica mensual. La intimidación surgió en medio de las protestas que aquejaban a esa nación.

Juan (nombre protegido) no lo pensó dos veces: decidió abandonar su poblado y emprender un viaje de escape. Con su esposa e hijo de 8 años llegaron a Guayaquil en 4 días cruzando de modo irregular la frontera con Ecuador.

De esa forma han llegado decenas de ciudadanos colombianos que han debido dejar a sus familias por las afectaciones surgidas durante el estallido social que se inició el 28 de abril en Colombia y ha continuado en junio. Casi dos meses de paro han dejado 61 muertos y más de un millar de heridos, centenares de detenidos, decenas de desaparecidos.

Las casas refugio de Carchi, Imbabura, Sucumbíos y de Quito y Guayaquil evidencian un repunte en la llegada a Ecuador de ciudadanos colombianos entre abril, mayo y junio. Las solicitudes de refugio y asilo a Ecuador lo ratifican.

Las historias de los solicitantes tienen a la amenaza como principal razón de migración. Eso obligó a Juan a cerrar su negocio, un restaurante tradicional. Hoy siente que ese local fue la causa para que grupos irregulares le pidieran “una vacuna” (pago), para no ser molestado ni lastimado.

“Yo empecé a recibir amenazas desde marzo, pero con las protestas tomó muchísima fuerza, pues había actos de vandalismo y el Estado perdió el control. Cuando vi que el tema iba en serio, porque en el sobre estaba una foto mía con mi familia adjunta, decidí cerrar y venir a Ecuador”, dice el hombre de 36 años.

El Albergue Municipal de Ibarra registra que cada día ha recibido a un promedio de 10 colombianos, según Marcela Mena, responsable de Inclusión Social del Cabildo.

Explica que el número de personas comenzó a crecer desde marzo. “Varios aseguraban que salieron de Colombia a causa de la violencia o con fines de reubicación familiar”.

Hasta la Casa Refugio Un Techo para el Camino, en Guayaquil, han llegado familias colombianas. Dejaron su país en el contexto de las protestas que empezaron en abril. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

La mayoría de los extranjeros ingresa por la frontera entre Ecuador y Colombia, a pesar de que el límite internacional en Rumichaca está cerrado oficialmente a causa de la pandemia del covid-19 desde marzo del año anterior.

Según datos de las Fuerzas Armadas, existen 36 pasos fronterizos clandestinos en la frontera de ambos países. Estas rutas están conformadas por puentes improvisados con troncos de árboles o tarabitas para cruzar el río Carchi. También hay trochas que comprometen terrenos privados.

Según datos de la Cancillería, desde el 1 de enero, 1 189 colombianos solicitaron protección internacional (54% lo hizo en la zona 1 -Tulcán, Ibarra y Esmeraldas-; 38% en la zona 9 -Quito-, y 8% en las zonas 8 y 6 -Guayaquil y Azogues-). Entre el 1 abril y el 15 de junio hubo 598 pedidos, un 251% más que en igual período del 2020.

Uno de los solicitantes de refugio es un ciudadano de Buenaventura, perteneciente al Valle del Cauca. Se domicilió en Ibarra hace dos meses, acompañado de su esposa y dos hijos. Pidió apoyo a una institución que ofrece protección a víctimas de la violencia.

Abandonó su casa y una tienda de venta de repuestos de telefonía, luego de que una banda de delincuentes lo amenazó de muerte durante las protestas. Semanas antes le exigieron una contribución mensual, pero no los tomó en serio.

Luego, los maleantes retornaron, lo golpearon y lo mantuvieron secuestrado por unas horas. Ahí le detallaron el nombre de sus hijas y la institución educativa a la que asistían. Le advirtieron que si no pagaba la “vacuna” la próxima vez atentarían contra la vida de sus familiares. Casos como esos son frecuentes, según las organizaciones no gubernamentales que dan apoyo.

En Un Techo para el Camino, en Guayaquil, han receptado unas 12 familias que huyeron en los últimos meses de los actos de violencia.

Ronald Borges, coordinador del lugar, contó que ellos han manifestado que en Colombia recibieron amenazas o fueron víctimas de agresiones. “Nosotros los recibimos, les damos un plan de salida de la casa, que sea digna, y se integren a la sociedad ecuatoriana”.

Justamente en esa casa permanecen Mirella y Luis. Ellos abandonaron el sector la Hormiga en Putumayo y se trasladaron hasta Lago Agrio. “Nos quisieron intimidar porque no salíamos a protestar, entonces nos amenazaron con cortarnos en pedazos si nos veían en la calle, tuvimos que irnos, muchos se movieron para Sucumbíos”, contó el hombre de 23 años, quien se dedicaba a tareas de la construcción.

Ilaria Rápido, asociada de Información Pública de Acnur, explicó que cuando existen factores que chocan en Colombia, en Ecuador suele incrementar la llegada de ciudadanos colombianos. “La Acnur no descarta que algunas personas que han llegado en el marco de las protestas hayan llegado por algún hecho violento ocurrido dentro de las mismas”.

Recordó que el trabajo a favor de ellos es intenso. Hoy se preparan actividades en el país para conmemorar el Día Mundial de los Refugiados.

Para el canciller ecuatoriano, el embajador Mauricio Montalvo, el arribo de colombianos al país es constante, aunque tiene sus ‘vaivenes’.

Según Montalvo, Ecuador ha asumido una posición de liderazgo en la atención de este fenómeno. Sin embargo, señaló que no se puede conocer con exactitud cuántos colombianos llegaron al país, porque las fronteras continúan cerradas.

“El desplazamiento colombiano no es de ahora, es de hace décadas, somos el país que más personas hemos recibido”, dijo. Según la Cancillería, 240 901 solicitudes de protección internacional fueron presentadas por colombianos entre el 2000 y el 2021 en Ecuador.

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