Seis libros que cambian la percepción de los humanos sobre el reino vegetal

Concierto para el bioceno, en Barcelona. Un cuarteto de cuerdas tocó para un público formado por 2 292 plantas. Foto: loop barcelona.com

Los resultados de las investigaciones sobre cómo sienten, cómo se comunican y hasta cómo piensan las plantas se están convirtiendo en un nuevo nicho del mercado editorial. Entre los autores pioneros de esta nueva tendencia están los científicos Suzanne Simard, Stefano Mancuso, Daniel Chamovitz, Hope Jahren y Peter Wohlleben.
A finales del siglo pasado, Simard descubrió que existe una conexión subterránea en los bosques, a través de raíces y micorrizas, que funciona como distribuidora de nutrientes y que a lo largo de los siglos han creado un complejo circuito de vida independiente.
Los detalles de esta investigación son narrados en su libro ‘En busca del árbol madre’. En esta publicación explica cómo, por medio de estas redes subterráneas, los árboles más viejos de un bosque se convierten en el centro de un sistema que permite comunicar su vitalidad y sus vulnerabilidades a otras plantas y árboles.
Asimismo, cuenta su vida en el mundo maderero de las selvas tropicales de la Columbia Británica, cómo pasó su infancia catalogando árboles, cómo llegó a amarlos y respetarlos y finalmente la forma en la que descubrió que el reino vegetal tiene una vida comunitaria no tan diferente a la humana.
Mancuso es otro de los científicos apasionados del mundo vegetal. El director del Laboratorio de Neurobiología Vegetal de Florencia, en Italia es el autor de ‘Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal’. En este libro explica que si bien las plantas no pueden ver, perciben la luz; que no escuchan, pero que evalúan las vibraciones; que no pueden degustar, sin embargo, analizan la composición de ciertas materias en busca de nutrientes; y aunque no puedan tocar trepan.
También asegura que tienen 15 sentidos más que les permite, entre otras cosas, sentir y calcular la gravedad, los campos electromagnéticos, la humedad y que, además, son capaces de analizar los gradientes químicos.
La tesis más popular de Mancuso es que las plantas son inteligentes. En un pasaje de este libro sostiene que si la inteligencia puede interpretarse como la capacidad para resolver problemas, las plantas en ese sentido son inteligentes. “Es decir son capaces de captar señales procedentes del entorno, de elaborar la información obtenida y de calcular las soluciones más adecuadas para la supervivencia”.
Entre la literatura recomendada también está ‘La memoria secreta de las hojas’ de Hope Jahren y ‘Lo que las plantas saben’, de Daniel Chamovitz. En este último, el autor explica cómo las plantas, de alguna forma, son conscientes del entorno en el que viven.
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