Muchas ciudades costeras densamente pobladas en todo el mundo, como Miami o Shanghái, son mucho más vulnerables al aumento del nivel del mar porque gran parte de su tierra se está hundiendo rápidamente.
Un equipo de científicos internacionales, dirigido por la Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU Singapur), sugiere que un aumento en los procesos industriales como la extracción de agua subterránea, petróleo y gas, así como la rápida construcción de edificios y otra infraestructura urbana, puede estar contribuyendo a esta vulnerabilidad.
Para determinar esto, el equipo procesó imágenes satelitales de 48 ciudades, desde 2014 hasta 2020, utilizando un sistema de procesamiento basado en la Nube, llamado Interferometric Synthetic Aperture Radar (InSAR).
Los niveles del mar aumentan a escala mundial a medida que las capas de hielo de la Tierra se derriten y el agua oceánica se calienta. Sin embargo, según los científicos, el hundimiento del suelo puede agravar el problema, según un comunicado del NTU.
Proporciones distintas
El hundimiento del suelo varía a nivel de barrio e incluso de manzana, pero a lo largo de las 48 ciudades monitoreadas, el equipo encontró una velocidad de hundimiento promedio de 16,2 milímetros (mm) por año, mientras que algunos de ellos tienen terrenos que se están hundiendo a 43 mm por año. En tanto que el aumento medio global del nivel del mar es de 3,7 mm/año.
Los resultados del estudio se publicaron en la revista científica Nature Sustainability. Las 48 ciudades fueron seleccionadas con base en el criterio de una población mínima de cinco millones en el año 2020, y una distancia máxima de 50 kilómetros de la costa.
Una comparación realizada por los investigadores, en ciudades costeras de todo el mundo, mostró que las velocidades más rápidas de hundimiento relativo de la tierra local se concentran en Asia, especialmente en el sudeste asiático. Los investigadores optaron por utilizar InSAR, ya que proporciona mediciones precisas de la costa hundiéndose a una décima de milímetro.
InSAR mapea la deformación del suelo usando imágenes de radar de la superficie de la Tierra, que se recopilan de los satélites en órbita. Los conjuntos de datos son más grandes y precisos, ya que, a diferencia de la luz visible o infrarroja, las ondas de radar utilizadas por INSAR penetran la mayoría de las nubes meteorológicas y son igualmente efectivos en la oscuridad.
Un factor inesperado
Mientras tanto, investigadores de la Universidad de Stanford han identificado un proceso adicional que podría tener un efecto significativo en el derretimiento de la capa de hielo de la Antártida y la subida del nivel del mar. Se refieren al deshielo del lecho, conocido como deshielo basal, en la interfaz de la tierra y la capa de hielo de kilómetros de espesor que está sobre ella.
El nuevo estudio identifica áreas de la capa de hielo que actualmente no están perdiendo grandes cantidades de masa, pero que podrían estar preparadas para igualar algunos de los mayores contribuyentes al aumento del nivel del mar, como el glaciar Thwaites, si se descongelaran.
La Antártida tiene aproximadamente el tamaño de Estados Unidos, y las regiones susceptibles comprenden un área mayor que California. La investigación fue publicada en Nature Communications.
“No se puede suponer, necesariamente, que todo lo que está actualmente congelado permanecerá congelado”, dijo en un comunicado el autor principal del estudio, Dustin Schroeder, profesor asociado de geofísica. “Estas regiones pueden ser contribuyentes potenciales subestimados”. Las simulaciones se basaron en trabajos recientes que muestran que el deshielo basal podría ocurrir en escalas de tiempo cortas.