Los dolores de espalda no le permitían llevar una vida normal a Augusto Muller. Levantarse era una verdadera tortura. Sentía que estaba ‘torcido’ y enderezarse le llevaba varios minutos. Con el tiempo los malestares se extendieron hasta su pierna derecha. Hace un año, decidió acudir a un centro quiropráctico en el que le ayudaron, entre otras cosas, a corregir su postura para dormir.
Francia Valladares, la especialista que lo atiende, recalca que la manera en la que una persona se acomoda para conciliar el sueño es fundamental, si se considera que el cuerpo humano tiene curvaturas naturales que pueden verse afectadas por los malos hábitos posturales. Son varios los factores que pueden contribuir para no conseguir una buena postura: la almohada, el colchón y, sobre todo, las costumbres.
“Muchas personas descansan boca abajo. Esto es lo menos recomendable, pues están obligados a girar constantemente la cabeza”, explica la quiropráctica. La consecuencia es la mala alineación de la columna vertebral, lo que produce dolencias principalmente en el área cervical (cuello) y lumbar (espalda baja).
Según la experta, la mayoría de pacientes le resta importancia a estas señales y se automedica, tomando antiinflamatorios o analgésicos. Esto a largo plazo, puede resultar peligroso porque, al no tener el alineamiento normal, las vértebras ejercen presión sobre los nervios y estos a la vez afectan a los músculos. Entonces se presentan los dolores de cabeza, amortiguamientos en las extremidades superiores, falta de fuerza en las manos (los objetos que sostiene se caen involuntariamente), entre otros síntomas.
Estos indicios revelan que algo no está funcionando bien. Si a pesar de eso, no se busca una solución ni se corrigen los hábitos posturales, las molestias recurrentes podrían transformarse en casos de tortícolis, artrosis, discopatía degenerativa (degeneración de los discos que se encuentran entre las vértebras) y, en el peor de los escenarios, una cirugía de columna vertebral.
El doctor Edward Jarvis comenta que las personas con afecciones preexistentes deben tener más cuidado al escoger una postura para descansar. “Para evitar que duerman boca abajo, yo recomiendo que compren una pelotita antiestrés, la coloquen en el bolsillo de la camisa de la pijama y lo zurzan”. La presencia de este objeto será molestosa cuando la persona se coloque boca abajo y se obligará a buscar otra postura.
Los dos especialistas en quiropráctica coinciden en que una de las consecuencias más comunes de las malas posturas y del estrés de la vida diaria es la contracción muscular. Esto se manifiesta con la restricción del movimiento natural a causa de la tensión y el dolor en un área determinada.
Esta afección no solo afecta la parte física del individuo, también repercute en sus relaciones sociales. Al experimentar irritabilidad por la falta de un descanso adecuado, la persona se vuelve propensa a enfrentamientos con sus amigos, compañeros de trabajo o familiares. Se recomienda no esperar a que la molestia empeore para acudir a consulta.
El diagnóstico que realiza Francia Valladares en su consultorio se apoya en las radiografías del paciente que revelan el estado de la columna vertebral. Sobre ellas traza una línea de referencia y verifica que todos los puntos estén correctamente alineados. Además, revisa que las vértebras tengan los espacios adecuados entre ellas. El primer paso consiste en colocar todo en su lugar, a partir de la manipulación que hace el especialista en las articulaciones y los tejidos blandos.
El doctor Jarvis comenta que cuando esto sucede se escucha el crujir de los huesos. Añade que el trabajo no termina ahí, porque hay que trabajar con los músculos que se han acostumbrado a una mala posición. Esto se acompaña con algunas sugerencias para adoptar las posturas correctas y las recomendaciones de una serie de ejercicios, dependiendo el caso específico.
Entre las sugerencias que realiza la doctora Valladares para apoyar la recuperación de la postura y, con ella, la calidad de vida, está la utilización de un colchón semiortopédico. No ver películas de terror, porque altera la psiquis y crea tensión, ni leer algo que requiera de mucha concentración.
La almohada ideal
Lo primero que hay que determinar es qué tipo de durmiente es. P ara ello es bueno observar la postura en la que se encuentra al despertar.
Para dormir de lado. La almohada deberá ser firme para salvar el ancho del hombro y que la cabeza no quede inclinada hacia abajo.
Para dormir boca arriba. Debe ser de firmeza y grosor intermedios que se adapte a la forma natural del cuello y le dé soporte.
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