Con tres orejas, una salida a hombros y un rostro alegre que reflejaba el buen momento torero que experimenta, Álvaro Samper atravesaba a hombros la puerta grande. Sus compañeras de terna Mari Paz Vega e Hilda Tenorio pasearon una oreja cada una y el rejoneador Enrique Cobo, después de una buena actuación, dio una vuelta al ruedo.
Con cerca de media plaza y con lluvia intermitente se lidiaron cuatro reses de Charrón (los cuatro primeros), nobles en general y tres de Vistahermosa de buen juego destacando nítidamente el corrido en séptimo lugar.
El rejoneador Enrique Cobo Montalvo hizo un esfuerzo que dio frutos para tratar de enseñar a embestir al primero de la tarde de escasa presencia de Charrón que no acudía al caballo pero sí a las telas de los auxiliadores.
Después de dos rejones de castigo, a partir de la cuarta banderilla el astado comenzó a enterarse y dejó tres palos de buena colocación, una corta y un abanico y estuvo a punto de recibir la primera oreja de la tarde pero la res tardó en doblar. Vuelta al redondel entre ovaciones.
Mari Paz Vega dio cuenta de su solvencia profesional con el lote más serio de la corrida. Al primero lo recibió con larga cambiada y buenas verónicas y un quite del mismo trazo. Estructuró una faena de corte derechista de buenos pasajes y una tanda al natural. Estocada tendida y oreja.
Vibrantes verónicas de temple y calidad y una media superior fueron el saludo de la torera malagueña ante un serio toro de embestida intermitente que exigía mucho. La faena de muleta tuvo buenos pasajes, toreros remates y momentos de buena técnica. Tres cuartos de estocada. El toro tardó en doblar. La petición fue leve y la ovación sonada.
Álvaro Samper tuvo una completa actuación desde los asentados y templados lances a la verónica de capote, su intervención en quites de pinturería y color por chicuelinas y una faena bien construida con derechazos y naturales de temple entre los estímulos del público que lo terminaron metiendo al torero en faena. La estocada entera derribó al noble toro sin puntilla y las dos orejas no se hicieron esperar.
Con la puerta grande abierta ya, el quiteño se fue al segundo de su lote más relajado. El punto de transmisión que le faltaba al toro lo puso el torero cuando se acopló en dos magníficas series con la mano derecha, luego ensayó al natural, un pitón poco propicio y una nueva tanda de redondos. La estocada entera puso en sus manos la oreja que paseó por el redondel entre el entusiasmo de los asistentes.
Hilda Tenorio, nueva en esta plaza, suplió con entusiasmo y afición sus carencias técnicas. Verónicas esperanzadoras y chicuelinas de capote ante un toro que acusaba dificultades físicas para la lidia y que terminó en la querencia donde Hilda porfió hasta conseguir una buena serie de derechazos. Pinchazo y estocada que derribó sin puntilla. Oreja condescendiente.
Con gran son y clase fue el séptimo un toro que por la cara y su emplazamiento hacia notoria la diferencia física entre torera y toro. Faena intermitente de la michoacana con muchos muletazos de pellizco, los pases de trinchera y un molinete abelmontado, de torería tras una buena serie de derechazos. Dos pinchazos y estocada caída.
Al finalizar la corrida del viernes Álvaro Samper salió a hombros y el público muy contento.