En una clase de 45 minutos se queman hasta 800 calorías. Trabajan todos los músculos del cuerpo. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.
Entre 600 y 800 calorías se queman en una clase de fit dance, de 45 minutos. Esa cifra representa el doble de calorías que se consumen en una sesión de bailoterapia. El fit dance, a diferencia de la tradicional clase de baile, consiste en ejecutar correctamente los pasos y posteriormente realizar una coreografía.
En la bailoterapia, dice César Segovia, bailarín, las personas mueven el cuerpo al ritmo de la música, sin ejecutar los pasos con precisión. “Aquí repetimos los pasos hasta que nos salga bien. Les enseñamos a bailar y no solo a moverse”.
Con el fit dance las personas pierden peso, reducen medidas, fortalecen y definen todos los músculos del cuerpo. Estos dos últimos beneficios, precisamente, le dan el nombre de fit.
En el gimnasio Lift Gym, además de enseñar los pasos de baile y armar la coreografía, Segovia imparte una rutina de ejercicios, la misma que, con constancia y disciplina, ayuda a fortalecer y definir los músculos del cuerpo.
“El cuerpo es un todo, por eso lo trabajamos en su totalidad”. Los instructores de fit dance utilizan diferentes ritmos musicales durante la clase. Sin embargo, cuando las personas quieren trabajar con énfasis una parte determinada del cuerpo, los bailarines seleccionan temas y géneros musicales. La samba, por ejemplo, ejercita los músculos del abdomen, piernas y glúteos. Los saltos y giros ayudan a lograr un cuerpo firme y caderas torneadas.
Con el hip-hop y rap, en cambio, el trabajo cardiovascular es más intenso, ya que mover el cuerpo al ritmo de los géneros urbanos requiere fuerza física y potencia. La salsa, merengue y bachata, además de distraer y divertir, ayudan a bajar de peso y a ganar equilibrio.
Para terminar con éxito la sesión de 45 minutos, Segovia divide sus clases en tres momentos: calentamiento, pasos y coreografía y estiramiento. El primer y segundo momentos duran entre 10 y 15 minutos, y según los instructores son los más importantes cuando se trata de empezar una actividad física.
El calentamiento relaja los músculos, acelera los impulsos nerviosos, aumenta la flexibilidad y movilidad de las articulaciones, reduciendo el riesgo de sufrir lesiones.
Entre las lesiones más comunes están los esguinces de tobillo y tirones musculares. Los expertos aclaran que las lesiones también se producen cuando las personas ejecutan los movimientos sin una guía especializada. Por esa razón se recomienda seleccionar adecuadamente al instructor y el centro de entrenamiento.