El presidente Daniel Noboa tendrá minorÃa en la Asamblea Nacional y oposición de los correÃstas que están enchufados en los organismos del Estado, en la Corte Nacional de Justicia, en la Corte Constitucional y en algunos medios; se sumará la Conaie los sindicatos y el narcotráfico. PodrÃa parecer un presidente arrojado, como Daniel, en el foso de los leones.
Sin embargo, Daniel Noboa se ha conducido hasta ahora como un pacificador y pudiera ser el presidente que logre la reconciliación nacional si rompe la costumbre de los presidentes que traicionan a los candidatos que fueron. ¿Podrá Daniel pacificar a los leones?
Ecuador, que tantas oportunidades ha perdido, puede aprovechar que los leones se han quedado sin dientes. La revolución ciudadana habrá comprendido que está condenada a ganar la primera vuelta y perder la segunda porque su lÃder y los prófugos son recuerdo viviente del autoritarismo, el odio y la corrupción.
La delicadesa de Daniel Noboa al agradecer a la candidata derrotada y la de Luisa González al felicitar al ganador y ofrecerle apoyo, podrÃan ser el inicio de una polÃtica civilizada. Las autoridades de la revolución ciudadana en ciudades y provincias deberÃan entender que su futuro reclama el alejamiento de los corruptos y prófugos de su partido.
No sabemos lo que será Daniel Noboa en el poder; por lo visto hasta ahora, parece querer la paz y el paÃs parece apoyar la posibilidad de llegar hasta la reconciliación nacional tomando en serio la oferta, tal vez simulada, del apoyo correÃsta y tomando a broma el rechazo, tal vez interesado, del anticorreÃsmo a ese apoyo.
A pesar de los mediocres gobiernos de derecha con Moreno y con Lazo, el paÃs no se dejó llevar por el movimiento pendular que inclinaba al electorado hacia la izquierda. El ecuatoriano sabe lo que es derecha y lo que es izquierda; defraudó a Correa y a la internacional del populismo porque confÃa más en la derecha para alcanzar trabajo, crecimiento económico y paz.