Con el pasar de los años, la piel pierde su capacidad de regenerarse. El paso del tiempo deja huellas que no necesariamente deben convertirse en un problema para la salud de los adultos mayores, que termine mermando su calidad de vida.
El envejecimiento de la piel es un proceso natural por el que todas las personas pasamos. Pero su cuidado puede hacer que sea llevadero previniendo la aparición de moretones, heridas o lesiones que tarden en curarse, se vuelvan irreversibles o permanentes.
Janet Quirola tiene 64 años. Es ambateña de nacimiento, pero prácticamente todo su vida la ha hecho en Quito. Es productora de televisión. Con el pasar de los años, entendió la importancia del cuidado de la piel ligado a lo estético y a la salud física.
Unas manchas en su piel y la resequedad, producidas por la radiación solar de la capital ecuatoriana, la alertaron e hicieron que el cuidado de su piel pasara a un primer plano. Desde hace seis años acude con frecuencia a un spa, ubicado en el centro-norte de Quito. Recibe terapias que ayudan a que su piel no sufra las inclemencias del sol canicular que caracteriza a esta ciudad.
Comenta que en su generación no tenían la costumbre de cuidar al órgano más grande del cuerpo en aspectos tan básicos, adoptadas en el presente, como, por ejemplo, usar protector solar.
Sanddy Romero, dermatocosmiatra especializada en Chile, indica que el clima, el no uso de cremas, protector solar y el paso de los años son solo cuatro factores determinantes a la hora de que la piel de un adulto mayor presente manchas, resequedad, llagas, moretones o flacidez.
El uso del protector solar es relativamente reciente, además que a muchas personas les gusta tomar sol y dorar su piel. “A pesar de estar ubicados geográficamente en un sitio en el que estamos más expuestos a la radiación solar y tenemos altos índices de cáncer de piel”, reflexiona.
Según datos del Registro Nacional de Tumores, de 2013 a 2017, en Quito se detectaron 195 casos de cáncer de piel o melanoma maligno en hombres y 212 en mujeres. El cuidado de la piel de un adulto mayor es una tarea que no tiene que ser un dolor de cabeza. Especialistas coinciden en que hay al menos cinco tácticas fáciles para poner en marcha y obtener resultados satisfactorios y duraderos.