Las medallas y triunfos del atletismo juvenil evidenciaron la endeble organización deportiva del país. Los tiempos han cambiado. Y para bien. Los deportistas se olvidaron de actitudes sumisas y con valentía denunciaron sus pobrezas y privaciones.
La medalla de oro que alcanzó la imbabureña Glenda Morejón en los 5 000 metros marcha femenina y el segundo lugar de Frixon Chila en el salto triple en el Mundial de Atletismo Sub 18 en Nairobi-Kenia reclaman cambios urgentes en el plan del alto rendimiento que lleva adelante el Gobierno Nacional a través del Ministerio del Deporte desde el 2013.
Al parecer la añeja modalidad de los “dobles contratos” retornó, o mejor dicho, nunca abandonó el perímetro de la Federación Ecuatoriana de Fútbol.
Sin excesivas estridencias pero con eficaz contundencia Delfín pulverizó a los grandes favoritos para consagrarse como el virtual ganador de la primera etapa.
Para Liga es un récord. Para Barcelona una maldición. Mañana en Ponciano una vez más Barcelona tratará de revertir una estadística que Liga mantiene por 19 años.
La directiva de El Nacional no anduvo con matices grises. El presidente, general Tito Manjarrez confirmó que la relación entre el club y la barra organizada La Marea Roja quedaba suspendida.
La participación ecuatoriana en los Juegos de Río exige al COE y al Ministerio del Deporte una evaluación transparente con niveles de autocrítica.
Cuando los favoritos no clasifican desatan dramas mediáticos. La mayoría sigue el camino fácil: en lugar de analizar la eliminación acude a las decisiones arbitrales para justificar errores con múltiples orígenes.
Las polémicas entre periodistas y entrenadores fueron, son y serán interminables pues son diferentes percepciones del fútbol y por lo tanto ninguna de la partes puede ridiculizar a la otra por opinar diferente.
ndependiente practicó una solidaridad oportuna e incondicional. Sin mucho ruido anunció que la taquilla ante River Plate irá en su totalidad destinada para beneficio de los damnificados del terremoto.
La bonanza económica finalizó en la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), la crisis creció y los escándalos aumentaron –con dirigentes y funcionarios en prisión- cuando la justicia ecuatoriana investiga supuestos casos de lavado de activos.
La incondicionalidad de la dirigencia alcanzó niveles intrascendentes. Esos dirigentes ignoraron el deterioro de la imagen de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) cuando tres de sus miembros son investigados por la justicia por una posible vinculación con el FIFAgate.
El Congreso del Fútbol que se realizará el 8 de enero en Guayaquil será una magnífica oportunidad para que la dirigencia responsable comience un proceso de transparencia en todos sus niveles.
La última semana evidenció la enorme crisis del fútbol ecuatoriano. Salvataje en Barcelona. Desafortunadas declaraciones del presidente de El Nacional, cuando el DT del equipo denunciaba desatenciones administrativas y recaudación de fondos en Loja para el equipo de la ciudad.
Los incidentes antes y después de El Nacional-Liga demuestran que la dirigencia no concluye la tarea para separar a los violentos del fútbol.
Para crecer hay que cambiar. Por ello, reconforta mirar cómo la dirigencia tiene un nuevo enfoque organizativo de la Primera División. Hay que entender que el fútbol es un negocio en el cual están prohibidas actitudes paternalistas o espíritus cooperativistas.
Pedro Romero es un ecuatoriano que vivió su niñez en España cuando su madre viajó a Europa en búsqueda de mejores oportunidades. Romero estudió comunicación y en el 2006 fue ubicado por Diego Herrera para que asistiera a Antonio Valencia, contratado por el Villarreal español.
La profesión de entrenador de fútbol exige capacidad de análisis en situaciones de gravísimo estrés. Tomar decisiones para resolver ecuaciones futbolísticas aparentemente sin solución.
Los fantasmas machistas quedaron atrás. También imaginarios equivocados como “el fútbol femenino no vende” o “a nadie le interesa que las mujeres jueguen fútbol”.
Depurada técnica. Alto nivel táctico. Equipos del llano que juegan sin complejos en la altitud. Seleccionadas nacionales repartidas en los clubes participantes. Jóvenes promesas marcando golazos. Público en las gradas y auspiciantes que respaldan al fútbol femenino.