Hay algo que no se puede negar: Quito está dividido entre norte y sur. Muchas veces, es más fruto del imaginario de cuando comenzó el crecimiento de la capital, en la primera mitad del siglo XX, cuando los planes urbanísticos tenían clara esa diferencia. Hace más de 45 años, llegaron los primeros pobladores del barrio Promoción Familiar y hasta allí llegó EL COMERCIO para ir Gastando Suela y conocer cómo los vecinos, en este sitio del sur de Quito, se unen para mejorar su vida cotidiana.
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Promoción Familiar colinda con barrios que son más conocidos, al menos para aquellos que no transitan mucho por el sur de Quito, como La Gatazo, Solanda y Quito Sur. Limita con dos avenidas principales de la zona: la Cardenal de la Torre y la Ajaví, en donde hay una actividad comercial y gastronómica intensa.
Los primeros pobladores de este barrio, cuentan Patricio Montalvo y Édison Rosero -presidente y coordinador del barrio-, fueron sus padres. Llegaron hace aproximadamente 45 años, con el sueño de tener su terreno para levantar la vivienda propia.
Ellos aún eran niños y recuerdan con nostalgia aquellos años en que se formaron las primeras jorgas de amigos que disfrutaban de los descampados, los potreros y las quebradas. Sin embargo, no había servicios básicos, “pero lo que teníamos era la unión de los vecinos“, cuenta Montalvo. Y esa unidad ha permitido que en el barrio Promoción Familiar tengan su centro de salud, canchas y hasta un coliseo.
Es un barrio que aún conservan las casas bajas de un solo piso que fueron construidas con el apoyo del entonces Banco de la Vivienda. Sin embargo, algunas han sido derrocadas para construir casas de dos y hasta tres pisos.
Las primeras casas de Promoción Familiar aún se mantienen, aunque otras han sido modificadas para levantarlas a dos y tres pisos en la calle Serapio Japerabi. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Promoción Familiar no ha sido un barrio ajeno a los problemas contemporáneos de Quito. La inseguridad y las drogas es algo que les preocupa mucho. Y para ello, en pleno Parque Lineal, queda una UPC bien equipada que atiende las emergencias que se presentan. Sin embargo, la mejor prevención ha sido el estímulo del deporte.
Aunque compartido con los otros barrios vecinos, las canchas del Parque Lineal de la avenida Cardenal de la Torre han sido el estímulo para alentar a los jóvenes a practicar varios deportes. Sin duda el fútbol, el baloncesto y el ecuavóley. De hecho, tienen hasta una escuela de ecuavóley en donde practican alrededor de 150 y 200 alumnos desde la mañana hasta la noche, bajo la instrucción de Luis Espinosa.
Mención aparte es la cancha de pelota nacional, un deporte que muchos pensamos que está prácticamente perdido, pero que en algunas zonas se practica a diario. Está considerada como la mejor de la ciudad y en donde se han realizado incluso torneos internacionales, con jugadores de Colombia y Perú.
Allí nos recibe Mauro Aceldo, quien es el principal protagonista de este deporte. Nos enseña a jugar con las raquetas pesadas. “Es como el matrimonio”, dice. ¿Por qué? “Por pesado”. Su orgullo es que no es un deporte perdido y que sí hay jóvenes que lo practican. De hecho, sus hijos siguen la tradición familiar que él aprendió desde su Carchi natal.
Casas tradicionales en el barrio Promoción Familiar, en el sur de Quito. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Cuando estuvimos Gastando Suela en Promoción Familiar, en el sur de Quito, vimos la feria de salud quincenal que se hace en el Parque Lineal. Se atiende salud general, ginecología, traumatología, entre otras especialidades. Es un trabajo conjunto con los demás barrios que colindan con las avenidas Cardenal de la Torre y Ajaví.
Sin embargo, Promoción Familiar tiene su propio Centro de Salud, en donde se atienen más de 7 000 familias de la zona y queda en la calle Serapio Japerabi. Y eso, para Rosero, es su mayor orgullo porque muchos no están afiliados el IESS y, menos aún, tienen un seguro privado. “Trabajamos con todas las instituciones del Estado para ayudar a la comunidad”.
Junto al Centro de Salud está la joya del barrio: el coliseo. Su piso de parqué es impecable, también el graderío. Tiene una buena acústica. Allí suelen darse obras de teatro, hay una escuela de break-dance, mayormente con jóvenes que se han recuperado de la adicción a las drogas.
Ya cuando se camina por la avenida Ajaví, se ve que el comercio es potente y fluido. Está lleno de negocios y restaurantes. Las fritadas son uno de los platos fundamentales, pero hay chifas, pollos a la brasa. No se pueden omitir las famosas tripas de la Cardenal de la Torre. También hay discotecas y salsotecas.
Llama la atención la cantidad de hoteles que hay en esta avenida. Patricio Montalvo se sonríe. Sabe que no es precisamente una zona turística. Sirven para otros menesteres.
Promoción Familiar y los barrios circundantes, además, se han visto beneficiados por la presencia del Metro de Quito, como un eje dinamizador de la economía. Tras 45 años, Promoción Familiar pasó de ser un barrio en el que no había casi nada a tenerlo todo.