Los tsáchilas comparten su idioma nativo con los turistas

En el centro cultural Mishily, los turistas pueden observar rituales con cánticos en tsáfiki. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

En el centro cultural Mishily, los turistas pueden observar rituales con cánticos en tsáfiki. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

En el centro cultural Mishily, los turistas pueden observar rituales con cánticos en tsáfiki. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

Los guías turísticos del centro cultural Mishily imparten el idioma tsáfiki a los turistas. Antes de iniciar el recorrido, los guías nativos enseñan a saludar en su lengua natal. Al finalizar la jornada, los turistas deben aprender al menos tres palabras: Tsara ma joe (buenos días), Aman - kirantsa joe (hasta luego) y Jo - ó (Gracias).

El director del centro cultural Mishily, Abraham Calazacón, señaló que esa es una estrategia para que la cultura tsáchila se conozca en otros lugares del mundo. “Hace poco vinieron turistas colombianos y ellos llevarán esas palabras a su país y la gente querrá conocernos”, señaló.

Además, en el museo cada cabaña tiene un letrero en el que especifica el nombre del lugar en español y en tsáfiki. Los tsáchilas enseñan la pronunciación de estas palabras como parte del recorrido.

El historiador Augusto Calazacón, del Museo Etnográfico Tsáchila, señaló que en cada comuna la pronunciación de las palabras es diferente y que por ello se debe ser cuidadoso al momento de impartir el idioma. “En español, tsáfiki significa verdadera palabra. Pero en las comunas ese concepto se está perdiendo porque para atraer turistas se utiliza de forma inadecuada”.

Por ello, en el Museo Etnográfico se creó junto al antropólogo Oliverio Guevara un diccionario, que ya está en su cuarta edición y que contiene en 56 páginas unas 600 palabras traducidas al español e inglés. “Es la herramienta más útil en los recorridos porque a veces hay guías que no conocen bien las palabras, que preguntan los turistas y las buscan en el libro”, señaló.

José Aguavil, del centro cultural Suyun de la comuna El Poste, señaló que en los últimos 10 años la cultura tsáchila se ha promocionado en el país y eso ha hecho que los turistas se interesen más por el idioma.

En Suyun, los guías realizan tertulias en las que participan los turistas e intercambian conocimientos lingüísticos. “Con los europeos se intercambia el significado de las palabras”, dijo Aguavil.

Con los turistas nacionales y latinoamericanos, en cambio, se hace un cruce de modismos y se le da sinónimos a las palabras.

La turista colombiana Cristina Pérez señaló que el intercambio de culturas es muy positivo porque les permite ampliar sus conocimientos. “En mi caso cuando tenga una hija le pondré Luli, que significa la más bella flor en tsáfiki”.

En el centro cultural Tolón Pelé, de la comuna Chigüilpe, los tsáchilas están en un proceso de perfeccionamiento del idioma para luego compartirlo con los turistas.

Albertina Calazacón, líder del proyecto, señaló que si se les enseñan palabras claves como los saludos, pero aún no se puede ir más allá porque la nacionalidad aún está debatiendo más de 1 000 palabras que tienen significados diferentes o se pronuncian de forma distinta en las siete comunas. “Creemos que debemos inculcar en los niños y exigir en las escuelas interculturales que se enseñe bien el idioma para no tener problemas a futuro”.

La asambleísta se refiere a que se debió aplazar la declaratoria de patrimonio inmaterial de la humanidad, porque los tsáchilas no tenían claro el idioma ni el alfabeto que está compuesto por 17 consonantes y cinco vocales.

Calazacón señaló que las palabras tsáchilas con acento no se tildan, pero que la mayoría de turistas lo hace en lugar de colocar el apóstrofe. Ella afirmó que ese tipo de prácticas está afectando a la cultura.

El gobernador tsáchila, Javier Aguavil, señaló que hacen reuniones para definir el idioma y obtener un libro oficial con información real y aprobada por el Consejo de Ancianos de la Gobernación.

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