El COE Nacional analizará el retorno a clases presenciales este 28 de febrero del 2021. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
Aunque admite que siente miedo de enviar a su hija a la escuela, Augusta Cueva, asegura que espera que la institución particular le garantice que tomarán todas las medidas dentro de la comunidad educativa para reducir el riesgo de un posible contagio.
La madre de familia cuenta que a su pequeña Romina, de primero de básica, ya le hace falta acudir a la escuela, tras casi un año sin hacerlo. Además señala que la asistencia de la pequeña facilitaría la dinámica familiar, ya que no puede acompañar a la niña en sus clases virtuales cuando tiene que acudir presencialmente al trabajo.
Pero por otro lado la madre de familia ya calcula los gastos y gestiones que implicaría el retorno de la estudiante a clases presenciales. Ella llevaría a la pequeña a la escuela en las mañanas. Y además necesitaría destinar USD 30 para pagar el recorrido, para el traslado de Romina, de la escuela a la casa, mientras su madre se encuentra trabajando.
Además, tras casi un año en casa, los uniformes que la niña usaba ya no le quedan, cuenta. Por lo que también tendría que comprar vestimenta nueva, además de los útiles que le soliciten.
Otros aspectos están detrás de un posible retorno progresivo. La imposibilidad de acudir a la escuela tiene efectos devastadores en la vida de los niños y jóvenes, reconoce la representante de Rescate Escolar, Sybel Martínez, pero además señala que para la reapertura de las escuelas se debe garantizar que estos sean entornos sanos y seguros.
“La OMS ha recomendado que para reducir al mínimo la probabilidad de contagio, la enseñanza presencial debe llevarse a cabo en ambientes bien ventilados, con la amplitud suficiente para mantener la distancia social y con la disponibilidad de servicios básicos, es decir agua potable y sanitarios en buen estado”.
Martínez dijo que en las escuelas del quintil más bajo del país la provisión de agua potable llega al 60% y en cuanto a sanitarios bordea el 80%, lo que quiere decir que no todas tienen la posibilidad real de adoptar prácticas de higiene que disminuyan el riesgo de contagio, dice.
También indica que para un posible retorno el espacio disponible en cada aula debe ser suficiente para que exista al menos 2,5 metros cuadrados por alumno y se mantenga la distancia necesaria entre cada uno de ellos. “No se soluciona abriendo únicamente una ventana”.
En el retorno a las aulas, repite la defensora de la niñez y adolescencia, son necesarias estrategias de recuperación de los aprendizajes y la deserción escolar. “Aquí la tecnología vuelve a jugar un papel preponderante. Es otro reto, pues apenas el 50% de las escuelas del quintil más bajo tienen dispositivos o disponibilidad de al menos un equipo con conectividad a Internet, diferencia de las del quintil más alto que superan el 90% en conexión”.
No solamente se trata de garantizar medidas de bioseguridad, sostiene Martínez. “Hay niños y familias que no pueden comprar una mascarilla ni tampoco el alcohol gel. Hay que ver cómo se van a manejar estos temas, quizá ahora era el momento de atender el déficit histórico de infraestructura escolar”.
Es fundamental, agrega, que la nueva normalidad incluya estrategias compensatorias para evitar la caída de aprendizajes y abandono escolar, particularmente entre los niños y jóvenes que se encuentran en situaciones muy vulnerables como aquellos que han regresado al trabajo infantil o la mendicidad. “La clave estará en balancear los beneficios de la salud pública con los costos asociados que esto implica en temas de educación, es decir las pérdidas de aprendizaje, tanto de estudiantes como de las familias en general”.
Este domingo 28 de febrero del 2021, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional sesionará desde las 09:00 para analizar la posibilidad de un retorno progresivo a clases presenciales.
Ese día las mesas de Educación y Salud presentarán sus informes en la plenaria, explicó el presidente del COE, Juan Zapata, quien señaló que además se tomarán en cuenta los argumentos presentados ante las autoridades por parte de organismos como Unicef, que piden un retorno progresivo para evitar, entre otros aspectos, que las cifras de abandono escolar aumenten a causa de la pandemia.
Hasta el momento aplican sus planes piloto las 366 instituciones educativas ubicadas en zonas rurales, de un total de 451 con Planes Institucionales de Continuidad Educativa (PICE) aprobados.
Los gremios médicos piden tomar en cuenta que los niveles de contagio de covid-19 no se han reducido y aún se debe ver el impacto del feriado de Carnaval, también de la primera vuelta electoral. El Movimiento por la Niñez y la Juventud recuerda que los niños deben tener todas sus vacunas, para evitar que ocurran brotes epidémicos más allá del covid-19.
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