La Comisión de Intervención y Fortalecimiento Institucional inició sus actividades en la Universidad de Guayaquil este 18 de octubre del 2018. Foto: Elena Paucar / EL COMERCIO
El primer día de la Comisión de Intervención y Fortalecimiento Institucional (CIFI) para la Universidad de Guayaquil fue ajetreado.
El edificio principal, donde fueron posesionados sus miembros, estuvo cercado por policías este jueves 18 de octubre de 2018.
El ingreso fue vigilado. Incluso hubo dificultades para atravesar la reja metálica que divide un pasillo de la sala del Consejo Universitario. En los alrededores, los trabajadores observaron el paso de los interventores, rodeados por personal de seguridad.
La separación de la política marcó los discursos. Roberto Passailaigue, presidente de la CIFI y quien asume desde hoy las funciones de rector, recalcó que su gestión no tendrá tinte política.
“Somos profesionales de la educación, no somos políticos ni pretendemos politizar esta gestión”.
Esa también fue la postura de Adrián Bonilla, secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, quien hizo un llamado a deponer posturas dentro de la universidad durante la fase de intervención.
“No tiene ni el Consejo de Educación Superior ni el Gobierno ecuatoriano proyecto político alguno para la Universidad de Guayaquil ni para ninguna universidad del país. No hacemos activismo político ni intervenimos en las elecciones de la asamblea universitaria”, dijo.
La violencia fue la causal que llevó al Consejo de Educación Superior (CES) esta segunda intervención de la U. de Guayaquil en cinco años. La falta de definición en el rectorado generó enfrentamientos desde inicios de octubre, tras la salida de Galo Salcedo del cargo por observaciones de la Contraloría.
Ahora, los interventores tendrán la misión de organizar las elecciones internas durante los 90 días que tienen de plazo, con opción a prórroga.
Según el reglamento de intervención, en 45 días deben presentar un plan de trabajo al CES, luego de un diagnóstico.
Passailaigue anunció que harán una reestructuración general, revisarán contratos y nombramientos, concretarán convenios con otras universidades para aumentar la formación en doctorados. Además reiteró que las clases comenzarán el lunes 22 de octubre y dispuso que incluso este fin de semana se atienda la matriculación.
La intervención conformará una junta consultiva que empezará a funcionar dentro de diez días. Esta estará conformada por expresidentes de la República, exrectores y profesores universitarios.
“Contará con la participación de los doctores Gustavo Noboa Bejarano, Alfredo Palacio González, León Roldós Aguilera, Sergio Flores, Anunciata Valdez, Katia Murrieta, Francisco Huerta Montalvo, Roberto Gilbert Febres-Cordero, Roberto Gómez”, anunció Passailaigue en medio de aplausos.
El secretario de Educación Superior también recordó la disposición del presidente Lenín Moreno sobre la devolución del Hospital Universitario, a través de un proceso de transición. Y el mejoramiento de la infraestructura para investigación, que les tomará un año.
“La Universidad de Guayaquil no pertenece a nadie en particular. No es propiedad de un grupo en particular ni de sus autoridades ni de la Comisión Interventora ni al Consejo de Educación Superior. Es un patrimonio del país”, dijo Bonilla.
La Comisión Interventora y de Fortalecimiento Institucional (CIFI) para la Universidad de Guayaquil está conformada además por Fernando Espinoza Fuentes, miembro académico; Christian Pazmiño Arguello, miembro administrativo-financiero; y Tito Quintero Jaramillo, miembro jurídico.
Catalina Vélez, presidenta del CES, informó que al plan de la nueva CIFI se sugerirá incorporar algunas de las recomendaciones del informe de cierre de la intervención de 2013. Entre ellas destacó agilizar los trámites administrativos y la ejecución de proyectos de investigación que fueron aprobados y no ejecutados en su totalidad.