Ecuador llegó al segundo año de pandemia del covid-19 con cifras más alentadoras. A pesar de que en enero pasado se vivió una nueva ola de contagios con la variante Ómicron, la mortalidad no llegó a los niveles de 2020 ni de 2021.
En los contagios, en cambio, sí se registró un aumento acelerado. En enero, por primera vez desde el inicio de la emergencia sanitaria, se reportaron más de 50 000 casos en una semana.
Este escenario contrasta con el vivido en 2020. El primer caso de covid-19, oficialmente se anunció el 29 de febrero de ese año y desde allí la pandemia recrudeció.
La enfermedad alcanzó su pico más alto de mortalidad entre marzo y abril de 2020, siendo Guayas el epicentro. Según las autoridades de Salud, solo el 4 de abril de ese año se registraron 680 fallecidos.
En los momentos más críticos de la pandemia, los hospitales colapsaron, no había pruebas para detectar la enfermedad, faltaban medicamentos y escaseaban las camas hospitalarias y de unidades de cuidados intensivos (UCI). Toda esta situación reveló las falencias del Estado para dar respuestas sanitarias a la emergencia.
El sistema de salud
En Ecuador existían 1 183 camas en UCI hasta 2019, según el Registro de Camas y Egresos Hospitalarios publicado en junio de 2020, por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El número de camas resultó insuficiente para atender a pacientes que buscaban un cupo en los centros hospitalarios. Tanto en la red pública y privada se generaron listas de espera. En abril de 2021 se vivió una situación similar y en ciudades como Quito y Guayaquil las casas de salud estaban saturadas; para UCI había una lista de espera de hasta 500 personas.
Para mayo de ese año, el número de camas UCI creció a 1 607, de las cuales al menos 67% se destinó para tratar a pacientes con covid-19 y el resto para atender a enfermos graves con otras patologías.
Este Diario hizo consultas al Ministerio de Salud para conocer sobre la actual capacidad hospitalaria y si hubo un incremento. Hasta el cierre de esta edición no recibimos una respuesta.
Según datos de la Cartera de Estado, hasta el 7 de marzo pasado, en la red pública se destinaron 160 camas solo para pacientes covid. En enero, cuando se registró un repunte de casos, fueron 390.
A lo largo de la pandemia, esta cifra ha variado y actualmente se destinan menos camas en hospitalización, cuidados intermedios y UCI debido a que hay menos personas que las necesitan.
Las pruebas
Otra de las debilidades que ha mostrado Ecuador para combatir la pandemia es la escasa aplicación de pruebas diagnósticas.
Según el portal Statista, hasta noviembre de 2021, el número de pruebas realizadas fue de 1 917 796, lo cual dejó al país en el puesto 16 de 26 economías de América Latina. El médico e investigador Alberto Narváez cree que Ecuador es uno de los países que menos pruebas ha hecho en la región, un problema que ha persistido desde el inicio de la emergencia.
Narváez también menciona que la red de epidemiología, que era la encargada de investigar, controlar los brotes y epidemias, fue destruida en la última década, lo que debilitó la vigilancia.
Francisco Pérez, subsecretario Nacional de Vigilancia de la Salud, indica que recibieron un sistema desordenado, por lo que se trabajó en una reestructuración para mejorar las capacidades diagnósticas.
Asegura que existen unos 2 000 centros de atención en todo el país en donde se pueden hacer wpruebas, además de que hay capacidad hospitalaria para atender a pacientes con todas las patologías.
Los lastres
Para el expresidente del Colegio de Médicos de Pichincha, Víctor Álvarez, tras dos años de pandemia, el sistema sanitario no se ha fortalecido y sigue manteniendo los mismos problemas.
Entre ellos, Álvarez destaca el bajo presupuesto destinado para la salud, la desvinculación del personal sanitario y el desabastecimiento de medicinas.
Indica que lo que se hizo fue dar mayor cobertura a las personas con covid-19, teniendo como base la infraestructura que ya había y se dejó desprotegidos a pacientes con otras enfermedades.
Fernando Sacoto, presidente de la Sociedad de Salud Pública del Ecuador, destaca el buen trabajo que se hizo en vacunación; sin embargo, se mantiene el problema de la falta de pruebas diagnósticas.
Además, dice, no se fortaleció la respuesta de vigilancia epidemiológica y tampoco la atención en las unidades básicas de salud, que son la primera puerta para enfrentar una pandemia.