Dos hermanos participaron en ensayos de vacuna china

Jonathan y Katherine Veletanga participaron en ensayos de vacuna china.

El estudio clínico de la vacuna china de Anhui Zhifei Longcom en Ecuador avanza con resultados positivos. La principal evidencia es que la fórmula alcanzó una eficacia mayor al 80%, para prevenir casos graves de covid-19.

Esto significa que la persona inoculada con esta vacuna no desarrollará síntomas o serán muy leves. Esta misma premisa se maneja en el caso de Pfizer, AstraZeneca o Sinovac.

Si la persona no presenta síntomas intensos no tiene la necesidad de ir a hospitales o a buscar una cama en terapia intensiva, dijo Hugo Vergara, gerente de Biodimed.

Este centro de investigaciones se encargó del estudio clínico -fase tres- que midió la eficacia de esta fórmula china.

La prueba arrancó el 15 de marzo pasado, con la aplicación de la primera fórmula a uno de los 5 000 participantes.

Ellos recibieron algunos beneficios: seguro médico y una contribución económica de USD 100.

Al país arribaron 15 000 fórmulas, por lo que cada uno recibió tres dosis (una por mes).

Vergara señala que luego de una verificación rápida se observó que la mayoría tuvo reacciones adversas leves, como el dolor de brazo. El malestar desapareció al siguiente día.

Iván Sisa, catedrático e integrante del Comité de Ética en Seres Humanos (Ceish) de la Universidad San Francisco de Quito, dio ‘luz verde’ al estudio. “Son análisis complejos, pero esenciales; se convierten en oportunidades para la transferencia de tecnología o para la producción de dosis”.

Además de que se abren las puertas a la investigación.

La fórmula también se probó en China, Uzbekistán, Indonesia y Pakistán. En total participaron 29 000 personas.

‘Di positivo a covid-19, pero fue leve’

Jonathan Veletanga
Participante, 30 años

Mi experiencia en las pruebas fue positiva. Cuando ingresas a estos estudios te explican sus alcances y beneficios. Luego firmas un contrato y te asignan un número. Este código consta en las ampollas que colocan, porque hay dos posibilidades: recibir la dosis real o el placebo -sustancia sin beneficios curativos-. La primera me colocaron el 22 de marzo. Asistí al centro desde temprano.

Me hicieron los exámenes médicos y la administraron. En ese momento me mostraron el código que tenía previamente. Ese día sí sentí efectos adversos. Tuve dolor de brazo y sentí mucho cansancio. Sin embargo, el malestar pasó al día siguiente. La segunda y tercera fórmula (son tres, una cada mes) me administraron el 22 de abril y el 22 de mayo. No sentí molestias. Después de cada aplicación, los controles son exhaustivos. De hecho, sigo en la fase de vigilancia y chequeos. Me llaman por teléfono cada semana o cada 15 días y me preguntan cómo estoy y si me he contagiado de covid-19. Me he sentido bien, pero el 6 de julio di positivo. La enfermedad fue realmente leve. No tuve fiebre, pero sí algo de gripe y malestar en la garganta. Los médicos me comentaron que una de las razones pudo ser el efecto de la vacuna. Recordemos que el objetivo de esta y otras fórmulas es reducir los síntomas graves y la mortalidad producto del virus. En unos días, las molestias leves pasaron; solo tuve que hidratarme bien y descansar; además, tomé unos medicamentos. En este proceso llevo seis meses y me siento bien. Estoy seguro de que mi participación hizo que mi familia y las personas que me rodean se sientan seguras de que la vacunación es efectiva. Nos informaron que su efectividad superó el 80%. Con ello se puede concluir que la vacunación salva vidas; debemos tener confianza a estos productos médicos, ya que nos ayudan a estar sanos; y es una alternativa para contribuir al control de la pandemia de covid-19.

‘Únicamente tuve dolor de brazo’

Katherine Veletanga
Participante, 25 años

Antes de que lleguen las vacunas, mi hermano me comentó sobre un estudio para probar una vacuna contra covid-19 y ver su efectividad. Me dio curiosidad, porque es algo que no se ha realizado en el país. Para ser sincera no tuve miedo, ya que, previo a ello, leí que los estudios se ejecutan con todas las medidas de seguridad. En marzo -dos semanas después de la inoculación de mi hermano- fui al laboratorio y me comentaron que el procedimiento involucra 11 visitas al centro. Me detallaron los beneficios de estas pruebas, como fortalecer la investigación y la entrega de un seguro médico. En ese mes me aplicaron la primera de tres dosis de la vacuna -una cada mes-. Al ser un estudio clínico, entiendo que pudieron ponerme el placebo, pero la empresa colocará las dosis reales al final. También me alertaron que en cualquier momento podría retirarme, no lo hice. La única prohibición que me manifestaron es que no puedo quedar embarazada durante este año. Estoy tranquila, porque no tengo eso en mente. Los médicos siempre han estado pendientes de las reacciones adversas o efectos secundarios. Yo tuve únicamente dolor de brazo. En los chequeos, la dinámica era sencilla. Nos entregaban unos cuadernillos para anotar los síntomas; nos tomaban el peso y la talla, temperatura y presión. No he tenido ningún problema. En julio, toda mi familia se contagió de covid-19: mi mamá, de 49 años; mi papá, de 52, y mi hermano, de 9, (el mayor no vive en casa y también se infectó). Mi padre estuvo muy enfermo; entró a UCI y pasó 24 días internado. Creemos que se enfermó gravemente porque no tenía la vacuna (aún no le tocaba el turno). Felizmente se curó. No presenté síntomas; es más, mi prueba dio negativo. La razón -comentaron los galenos- pudo ser la inmunidad adquirida por la vacuna. Pienso que la gente no debe tener miedo a la inoculación. Hágalo.

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