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Pareja trans abre el debate sobre la concepción

Fernando espera un bebé y la pareja lucha por la inclusión de familias diversas. Foto: Cortesía.

Fernando espera un bebé y la pareja lucha por la inclusión de familias diversas. Foto: Cortesía.

Fernando espera un bebé y la pareja lucha por la inclusión de familias diversas. Foto: Cortesía.

Aprender a tocar violín o piano puede sonar irrelevante en la agitada agenda de una activista transfemenina. Pero para Diane Rodríguez es importante. Quiere tocar para su hijo, el bebé que espera su novio, el activista transmasculino Fernando Machado.

Él ahora pasa más tiempo en casa por los achaques de su séptima semana de gestación. “Se ve como un hombre panzón”, dice Diane. “En el tercer mes seguro se le verá más barriga”. Su embarazo ha convocado la atención internacional.

Los pedidos de entrevistas se han multiplicado. Incluso más que cuando Diane se candidatizó a la Asamblea Nacional en 2013, cuando se reunió con el presidente Rafael Correa el año pasado o cuando formalizó su unión de hecho con un transmasculino, una relación que al poco tiempo terminó.

Y solo bastó un tuit con el anuncio del embarazo. “Fue una dinamita -recuerda-. Decidimos exponerlo para crear debate y vimos que existen ecuatorianos que aceptan la diversidad sexual y también quienes no lo hacen”.

Fernando, su pareja, es venezolano. Tiene 22 años y una voz varonil, caribeña, cautivante. Nació mujer pero a los 19 años hizo un terapia de hormonización para adoptar rasgos masculinos. Diane tiene 33, y aunque nació hombre siempre se sintió mujer.
Quiere mostrar a las familias homoparentales o diversas. Su condición de figura pública es un plus, pero también una responsabilidad. Recientemente fue elegida presidenta de la Federación Glbti del Ecuador en la Asamblea Nacional, una entidad etiquetada por ella como “no oficialista”.

Óscar Ugarte, activista Glbti, es abierto en afirmar que Diane siempre ha querido estar en el epicentro de la noticia. Y cree que la forma en que anunció su maternidad quizá no sea la mejor. “No podemos ir más allá de lo que la sociedad, en su evolución sexual, religiosa, pueda ir dándonos. No podemos dar un salto de rana cuando la sociedad va paso a paso (…). Pero escándalo o no, figuretti o no, hay que defender el derecho de cada persona a elegir su vida ser feliz”.

Diane no lo niega. Explica, sin reparos que usa a los medios a su favor. Pero no tolera que se inmiscuyan en su intimidad. “Dicen que mi relación con Fernando es heterosexual. Quizá mi relación carnal sea así, pero yo soy una mujer trans y eso nadie lo cambia. Y él es un hombre para mí”.

Isaías Álvarez dirige el Observatorio Glbti. Él cree que la historia de Diane y Fernando obliga a la sociedad a quitarse la venda y a reconocer a las familias diversas. “Es un realidad: tenemos parejas de homosexuales, lesbianas, trans, que están criando hijos”.

Diane se muestra inmune a los comentarios negativos. Y se escuda en el artículo 67 de la Constitución que habla de la familia en sus diversos tipos, tema que impulsarán desde la Federación Trans en 2016. “Ahora no nos importa nada (…). Solo pensamos en el orden de los apellidos del bebé que, como están las leyes, sería Rodríguez Machado”.

La ecografía aún no es clara y a la pareja le despreocupa si tendrá un niño o una niña, si jugará con muñecas o pelotas, si será transexual -como ellos- o no. “Queremos tener un hijo o hija feliz -dice Diane-. No nos interesa si quiere ser parte de la producción capitalista o socialista, homosexual o heterosexual, ingeniero o hippie”.

Pero aún faltan 8 meses y para María Sol Mite, líder trans y presidenta de Comunidad Futura, ese tiempo se debe aprovechar en preparar a una sociedad más abierta y alejada de críticas banales.

“Solo nos centramos en pensar que a lo mejor son dos monstruos que van a tener una abominación. Pero nadie ve que es un hijo producto del amor, una vida que viene”.

En noviembre de 2014, el Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) hizo un llamado a eliminar la discriminación por orientación de género de los padres o de los niños. Entonces señaló: “el reconocimiento legal y la protección de las relaciones familiares son importantes en la lucha contra la discriminación a padres y niños Glbti”.

El abdomen de Fernando está perdiendo firmeza y sus músculos empiezan a borrarse. Yo no puedo ser mochilero -como acostumbraba- ni levantar pesas; al menos no en los tres primeros meses de embarazo.

“Estoy dispuesto a todo -dice-. Sé que mi cuerpo está cambiando y eso no me quita el sueño. Después iré al gimnasio, veré qué hago; pero por ahora voy con mi bebé pa’lante”.