Fundación Azulado emprendió una campaña para prevenir y erradicar la violencia sexual en niños, niñas y adolescentes, para lo que se elaboró un kit de autoprotección denominado ‘Mi Escudo’. Foto: EL COMERCIO
Guardar un secreto de cumpleaños es divertido. Pero mantener uno sobre algo que me hacen y que no me hace sentir cómodo (abuso sexual) es peligroso. Lo explica Paulina Ponce, quien es psicóloga clínica y directora de Fundación Azulado.
El organismo emprendió una campaña para prevenir y erradicar la violencia sexual en niños, niñas y adolescentes, para lo que se elaboró un kit de autoprotección denominado ‘Mi Escudo‘. Se trata de un material didáctico, que trae tarjetas con preguntas, respuestas y hechos, un cuento, ilustraciones y demás.
Su objetivo es que los niños recreen hechos de violencia que pueden vivir en sus hogares y así buscar ayuda inmediata. Además se espera que reconozcan una situación de peligro como caricias, besos o situaciones incómodas. “Aprenden conductas básica de autoprotección”, señala Ponce.
Uno de los materiales más fuertes es el cuento ‘Secretos que incomodan’. En el texto se hace una recopilación de secretos nocivos y la importancia de romper con el ciclo de violencia entre el agresor y la víctima.
En el kit Mi Escudo también hay afiches para reconocer las partes del cuerpo que se pueden y no tocar. Al igual que un semáforo, los niños y niñas pueden señalar con colores el peligro al que se enfrentan a diario.
Por ejemplo, con rojo se señalan las partes íntimas, es decir, el pene, la vagina, el pecho o las nalgas. Con amarillo, las que el chico se siente incómodo como el cuello o los muslos. Y con verde las que sí se pueden ver y sentir como las manos. “Todo depende de la persona”.
En Ecuador, la violencia es una de las 10 causas de muerte en niños, niñas y adolescentes. Una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños son abusados sexualmente antes cumplir 18 años. En el 93% de los casos el abusador es un familiar o persona cercana a la familia, según datos del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC).
Para el uso de este kit de autoprotección, los docentes deben participar de una capacitación. En total son 12 sesiones, en las que se les dará las herramientas necesarias para ponerlo en práctica en las instituciones educativas.
Los niños, en cambio, reciben nueve sesiones de una hora. Los padres también participan de este proceso. Si un caso es detectado se siguen los protocolos para ayudar al niño, niña o adolescente y a su familia.