El Día Mundial del Síndrome Alcohólico Fetal se conmemora el 9 de septiembre de cada año. Esta celebración fue acuñada por organismos de salud para concientizar acerca de esta enfermedad que afecta a millones de recién nacidos en el mundo.
La celebración incita a hospitales, autoridades y ONG’s a seguir la lucha por reducir y eliminar el consumo de alcohol en el embarazo. A su vez, colinda con el objetivo de reducción de mortalidad infantil, uno de los Objetivos del Milenio propuestos por la ONU.
Causas y consecuencias
El Síndrome Alcohólico Fetal es un conjunto de síntomas, deformaciones y enfermedades causadas por el consumo excesivo de alcohol por parte de mujeres en estado de gestación. Los niños y niñas que nacen con esta enfermedad suelen mostrar los síntomas inmediatamente. Además, a pesar de que se trate con anticipación, los síntomas son casi permanentes.
El Síndrome puede tener múltiples afectaciones en el cuerpo del infante. La más común es la afectación en anormalidades faciales, en las zonas de nariz, labio y párpado. Este tipo de síntomas puede ser reversibles con cirugías, pero no son totalmente curables.
Las otras dos afectaciones son más a nivel hormonal. La primera se trata del déficit de crecimiento, causado por alteraciones en la hormona de crecimiento. Este aspecto hace que los niños lleguen a tener variaciones extremas tanto en peso como en estatura.
La última afectación importante es al sistema nervioso central. Este síntoma es el más complicado de revertir y deja secuelas en los infantes para toda la vida. Las consecuencias principales son el déficit de atención, mayor potencialidad de sufrir patologías psicológicas, autismo, retraso mental, entre otros.
Recomendación
Organismos como la OMS siempre recuerdan y sugieren evitar el consumo de alcohol en el embarazo, especialmente en las semanas de formación del feto; semana 12 a 36; para reducir la cantidad de neonatos que nacen con estas complicaciones.