Los pacientes con cáncer intestinal que toman una baja dosis diaria de aspirina reducen sus chances de morir por esa enfermedad en un tercio, según concluyó un estudio científico holandés publicado en la revista British Journal of Cancer.
De acuerdo a la investigación del Centro Médico de la Universidad de Leiden, por la cual se analizaron 4 500 casos de enfermos con cáncer intestinal en Holanda, todos aquellos que tomaron bajas dosis diarias de aspirina, unos 80 miligramos o menos al día, redujeron sus posibilidades de morir.
El consumo de dosis bajas de aspirina ya había sido recomendado para pacientes con enfermedades cardíacas.
Además, estudios recientes indicaron que el consumo de aspirina en dosis bajas podría prevenir el desarrollo de ciertos cánceres y funcionar como una terapia para prevenir metástasis.
Los investigadores de Leiden indicaron sin embargo que en algunos casos la droga podría tener efectos secundarios peligrosos, como irritación de las paredes del estómago o hemorragias internas.
En su estudio, que se realizó durante una década, un 25% de los pacientes no consumieron aspirina, otro 25% sólo tomó aspirina tras haber sido diagnosticado con cáncer intestinal, y el restante 50% consumió aspirina antes y después de su diagnóstico.
Los científicos concluyeron que consumir aspirina en bajas dosis durante cualquier periódico de tiempo después del diagnóstico reduce las chances de morir por cáncer intestinal en un 23%.
Pero aquellos que tomaron la droga diariamente por al menos nueve meses después de ser diagnosticados redujeron sus chances de morir en un 30%.
Tomar aspirina después de que el cáncer fue diagnosticado tuvo un efecto mayor a la hora de reducir la mortalidad, comparado con aquellos que tomaron aspirina antes y después del diagnóstico, que lograron reducir el riesgo mortal en un 12%.
Los expertos creen que esto podría deberse a que los pacientes que tomaron aspirina y seguían teniendo cáncer intestinal padecían de una forma agresiva de tumor que no respondía bien a la droga.