Vista de la muestra y obras premiadas de Silvia Quezada (Izq.) y Ana Lucía Sigüenza .Foto: Enrique Pesantes/ ELCOMERCIO
Son dos formas opuestas de acercarse al feminismo. La pintura La habitación propia, de Francesca Palma Terán, muestra la expresión de satisfacción y sosiego de una niña leyendo, en una obra que, según la autora, apunta al autoconocimiento.
En cambio, el díptico Entre líneas, en técnica mixta y collage de Silvia Quezada Aguayo, muestra los rostros de dos mujeres, en parte ocultos por trozos de papel de periódicos y revistas, como si fueran velos o pasamontañas. Sobre la tipografía de los papeles se leen notas como: ‘En asuntos de igualdad, a la sociedad le faltan leyes y les sobran prejuicios” o la frase ‘…Es por que esta viendo mucha novela rosa”.
La segunda convocatoria del certamen nacional de pintura Salón de la Mujer 2019, que pasó a ser un concurso luego de un lustro como muestra temática por el mes de marzo, propuso este año el tema de “Reivindicación y feminismo”.
La Casa de la Cultura, núcleo del Guayas, organizadora del certamen, les propuso a las artistas plásticas expresar sus reflexiones en torno a sus derechos y libertades en la sociedad o crear obras en rechazo a la violencia de género, la misoginia o el machismo. “El Salón buscó la visión que tiene la mujer sobre el entorno en el que vive”, apuntó Robin Echanique, director de la pinacoteca.
La obra de Silvia Quezada, quien el año pasado obtuvo el primer premio compartido del concurso, obtuvo este 2019 una mención de honor. Sus retratos están marcados con un collage de papel periódico e hilos coloridos que sobresalen como cabellos del lienzo.
La habitación propia, de Francesca Palma, obtuvo el primer lugar del certamen 2019, un premio de USD 3 000 que compartió con las artistas Alemania Guarderas Montúfar y Ana L. Sigüenza Espinoza.
La niña de la obra de La habitación propia se encuentra frente a una mesa con velas encendidas y parece leer un libro religioso en una habitación en la que se destacan los arabescos del papel tapiz y pergaminos egipcios como un cuadro o pintura dentro de la pintura.
“No es un lugar físico; es más una metáfora que quise crear sobre el feminismo. Quise abordar el tema de una manera más inocente, ponderando el acto de leer como símbolo de educación y formación”, indicó Palma, estudiante de la Universidad de las Artes, quien trabajó en óleo y tinta china dorada sobre lienzo. La artista de 21 años reconoce la lucha social por las reivindicaciones feministas, pero contó que se quiso alejar de la obviedad y de una representación de la violencia.
Una imagen más cruenta de un corazón que se autodestroza entre las manos, y que expulsa afuera a una docena de hombrecillos, domina el retrato surreal Inflexión dominante (ser silencio), de Ana Lucía Sigüenza, en acrílico sobre lienzo, premio compartido del salón. La también ganadora del primer lugar, Alemania Guarderas, presentó un colorido collage sobre tela con la evolución histórica de decenas de zapatos con tacón y que lleva por título: El zapato de tacón, ¿reivindicación feminista o sumisión patriarcal?.
Como el año pasado, el primer premio se compartió entre dos artistas y este 2019 recayó en tres obras. Quezada le propuso al director de la Casa de la Cultura del Guayas que se destinen premios a los tres primeros puestos con la lógica de certámenes como el propio Salón de Octubre, en el que la institución reparte USD 14 000 a los tres primeros lugares. Se esperan cambios en las bases del certamen para el 2020.