La veterinaria Nancy Guamán realiza una limpieza en las arrugas de Bruno, bulldog inglés. Foto: Paúl Rivas / El Comercio
La familia estaba preocupada. A Beto, un perro shar pei, empezó a caérsele el pelaje de las arrugas de la cara y después de algunos días sangraba como si se hubiera raspado en una caída. Sus ojos comenzaron a irritarse y a tener lagañas.
Julia Ortega, su dueña, lo llevó entonces a un veterinario. Le informaron que se trataba de una infección que afectaba al pelaje del cachorro de 8 meses y que la única solución era tratarlo con antibióticos.
Los perros buldogs (inglés y francés), shar pei, pug, bullmastiff, bóxer y todos aquellos que tienen arrugas requieren cuidados especiales. Para la veterinaria Nancy Guamán los cuidados son básicos pero necesarios para prevenir cualquier infección, pues sostiene que estos perros son propensos a padecer alergias en los pliegues de su piel.
Incluso tienen problemas en el resto del cuerpo si se mojan y no se secan bien. “La piel y el pelaje sirven para proteger al perro y para mantener su temperatura corporal, pero no es de hierro”, dice Marco Jara, cuidador de perros desde hace 10 años. Siempre está expuesta a las condiciones climáticas y es vulnerable a todo tipo de infecciones bacterianas o virales.
Estas contaminaciones son uno de los problemas más frecuentes en las veterinarias. Según Guamán, son un problema para los dueños no solo porque afectan a la salud de la mascota sino porque además algunas, como la tiña o la sarna, pueden contagiarse a humanos.
Por esta razón es muy importante identificar los problemas y actuar de inmediato. Eso no sucedió con Beto. Ortega cuenta que la familia dejó pasar la caída del pelaje y solo acudió al especialista cuando notó que estaba bastante rojo y sin pelo. El cachorro tuvo que estar aislado de los niños para evitar que lo toparan y se contagiaran.
Los especialistas dicen que las infecciones pueden detectarse fácilmente porque la piel se irrita y se enrojece. Es mejor no sacarlos a pasear hasta que se alivien. Esa es una recomendación de los veterinarios para evitar que las bacterias de la calle los perjudiquen más.
Otros síntomas son las picazones que hacen que pierda pelo en algunas zonas o hendiduras de las arrugas y la emisión de un olor desagradable.
Un estudio en Oregon, EE.UU, sostiene que la mayoría de las infecciones de piel en los perros son causadas por unas bacterias que habitan en la piel sin causar mayores problemas.
Aunque si el sistema inmunitario está más débil de lo habitual, estas evolucionan incluso causando llagas.
Guamán afirma que las bacterias también crecen si hay mucha suciedad o grasa cerca de la piel, o si la fricción propicia un terreno idóneo (pliegues) para su colonización.
Una de las ventajas de este tipo de perros -dicen los expertos- es que las pulgas no se adhieren a su pelaje. Eso porque en ella hay una cantidad de grasa corporal que evita que regresen a casa con bichos.