El logo del papa y su voz presentadas como otra estrategia propagandística

Imagen logo del Papa GamaTV

El papa Francisco llegará a Quito el domingo (5 de julio); pero la ciudad ya se ha vestido de vallas que promocionan fragmentos de su mensaje y que se ‘adornan’ con su rostro sonriente e ilustrado bajo filtros; es decir, con toda una composición que encarna una estrategia de propaganda más que de información.
En una lectura formal del logo, el rostro de Bergoglio se representa bajo un estilo ‘lowpoly’. Pero lo que empata a esta imagen con la identidad de las políticas gubernamentales es la composición circular y cromática, en mosaico, que rodea la cabeza de Francisco: la forma y la coloración son una interpretación de la figura icónica de la marca país, Ecuador ama la vida.
La imagen se reproduce en las cuentas oficiales de la visita papal en las redes sociales (@FranciscoenEC o con el hashtag #YoEsperoAlPapa) y la misma, homologada salvo mínimas variaciones, se utiliza en los perfiles de los medios públicos (@radiopublicaEC; @noticiasecuador) o de los canales bajo administración estatal (@Gamanoticiasec).



El uso extendido de este logotipo contrasta con el casi ocultamiento de la imagen propuesta por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Una imagen de otras características; pero que, al tratarse de una ‘visita pastoral’, debiera ser la oficial de Francisco en el país. Esta sí enfatiza la misión de tal hecho: ¡A Evangelizar con alegría! Ambos logos son aceptados por el Vaticano.

Otro tanto de la estrategia de comunicación visual se multiplica en las vallas que se distribuyen por Quito. Estas, más evidentes todavía, promocionan la visita del Pontífice con el respectivo logo y con citas estrechamente relacionadas a la política social propuesta desde el Gobierno de turno y que, en las últimas semanas, fue explícita a través de las regulaciones pensadas para las herencias y la plusvalía.
“Debería exasperarnos las enormes inequidades que existen entre nosotros”; “Los países pobres necesitan tener como prioridad la erradicación de la miseria y el desarrollo social de sus habitantes”; “El acceso a la propiedad de los bienes y recursos está vedado por un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso” son algunas de las frases que difunden tales vallas.
Se trata de una asociación con un mensaje político. Así lo señalan los mismos objetivos de la publicidad y la propaganda: las cualidades de la visita papal se difunden con el valor de la marca país, persuadiendo a la población y construyendo en ella una preferencia sobre esta marca. Como táctica de comunicación desde la institucionalidad del poder, la difusión masiva del logo en cuestión y la selección de frases pretende inclinar la opinión general –no informar- apelando a argumentos emocionales más que racionales, en este caso el fervor y la fe por sobre explicaciones socioeconómicas.

Ya en el mensaje a la nación que Rafael Correa ofreció tras su regreso de Europa (el lunes, 15 de junio), motivado por las manifestaciones en la calle, el mandatario se dirigió a sus mandantes diciendo, en un fragmento de su alocución: “¿Cómo podemos llamarnos el continente más cristiano del mundo, siendo a su vez el más desigual?”, para luego citar al papa Francisco.
Así, la representación del Pontífice desde la propaganda de la institucionalidad oficial se iguala con otras formas ya utilizadas en los discursos del actual Gobierno, proclamas que han desgastado a los significantes. Ocurrió con la imagen del General Alfaro (impulsor del laicismo en el Ecuador), con la apropiación de las palabras Revolución y Patria, con la repetición de ‘¡Hasta la victoria siempre!’... ¿Sucede lo mismo, ahora, con el papa Francisco? ¿Sucede con la religión?
Tales maniobras no han pasado desapercibidas para la sociedad, al punto que, para estas horas, ya se ha generado y movilizado el hashtag #CorreaPolitizasteLaVenidadelPapa. Y en un tono más jocoso han proliferado memes sobre la propaganda, las vallas y la situación a pocos días de la misa campal en el Bicentenario.