El Índice de Masa Corporal ayuda a identificar el sobrepeso

La obesidad extrema o mórbida aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, problemas renales y diabetes

La obesidad extrema o mórbida aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, problemas renales y diabetes

La obesidad extrema o mórbida aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, problemas renales y diabetes. Foto: Tony Alter/Flickr

Ser una persona delgada no siempre es sinónimo de salud. ¿Lo sabía? Estudios demuestran que una persona flaca también puede tener colesterol alto, diabetes e incluso sufrir de sobrepeso.

Así como lo leyó. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa, y que no siempre se refleja en el volumen del cuerpo.

Datos de esta organización muestran que desde 1980 la obesidad se ha duplicado en todo el mundo. En el 2014 más de 1 900 millones de adultos -de 18 años o más- tenían sobrepeso, de los cuales, más de 600 millones eran obesos.

Según datos de la Encuesta de Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT-ECU 2011-2013), Ecuador registró en esos años un 8,6% de niños menores de cinco años con exceso de peso, mientras que en las edades entre 5 y 11 años, este índice se triplicó, alcanzando el 29,9% y en el caso de los adolescentes, el 26%.

A finales de enero, en cambio, la OMS afirmó que actualmente hay 41 millones de niños menores de cinco años con obesidad o sobrepeso, lo que es considerado “alarmante”. Añadió que el número de niños con sobrepeso ha aumentado entre la población infantil en unos 10 millones desde los años 90, y actualmente ya hay más sobrepeso entre la población infantil de países con bajos y medianos ingresos que en países más desarrollados.

¿La razón?
Según la nutricionista María Isabel Cevallos, el incremento de sobrepeso y obesidad se debe a la mala alimentación: falta de desayuno, ingesta de comida chatarra, exceso de azúcar, de grasas saturadas, etc.

Sobre el desayuno, la especialista dice que cuando los niños permanecen en ayuno durante mucho tiempo tienden a comer, sin medir las cantidades, durante el recreo o el almuerzo. Y lo mismo sucede cuando se saltan el almuerzo. Tratarán de compensar la ingesta de alimentos durante la cena.

Por eso, Cevallos recomienda respetar los horarios de comida e incorporar una alimentación saludable: frutas, verduras, carnes blancas, frutos secos… y dejar de lado las grasas saturadas, postres, alimentos procesados.

Ante ese incremento, diferentes organizaciones recomiendan calcular el índice de masa corporal (IMC), un indicador que se obtiene de la relación entre el peso y la talla. Sirve para identificar la presencia de sobrepeso u obesidad en adultos.

La nutricionista Daniela Parreño explica que el IMC se la obtiene dividiendo el peso en kilos por tu talla en metros, multiplicada por dos (kg/m2).  Según la OMS, un IMC igual o superior a 25 implica sobrepeso, mientras que un IMC igual o superior a 30 determina obesidad.

“El IMC proporciona la medida más útil del sobrepeso y la obesidad en la población, puesto que es la misma para ambos sexos y para los adultos de todas las edades. Sin embargo, es un indicativo porque es posible que no se corresponda con el mismo nivel de grosor en diferentes personas.

Cuando las personas pasan de 29.9 tienen una obesidad de Grado I. Corren el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, mientras que en obesidad Grado II (30-39.9) el riesgo de contraer esas enfermedades es muy alto.

Con obesidad de Grado III Extrema o mórbida, el riesgo es extremadamente alto. Entre las enfermedades más frecuentes están: problemas cardiovasculares (cardiopatía), disfunción renal, osteoporosis, diabetes. La obesidad en los niños, además de los problemas ante mencionados, les puede provocar una muerte prematura.

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