El académico José Miguel Álvarez realiza estudios en este campo, en Ecuador, desde hace cinco años. Cortesía Universidad de las Américas

El académico José Miguel Álvarez realiza estudios en este campo, en Ecuador, desde hace cinco años. Cortesía Universidad de las Américas

Investigación contra el envejecimiento

El académico José Miguel Álvarez realiza estudios en este campo, en Ecuador, desde hace cinco años. Cortesía Universidad de las Américas

Los antioxidantes hallados en frutas, tubérculos, miel de abeja y otros productos naturales pueden servir para prevenir y curar enfermedades relacionadas con el envejecimiento, el cáncer, la diabetes y las dolencias cardiovasculares.

El científico José Miguel Álvarez realiza estudios en este campo en el Laboratorio de Investigaciones de la Universidad de las Américas (UDLA) desde hace cinco años. Su investigación le valió ser incluido en la lista de los autores de ciencia más citados a escala mundial, de acuerdo con la base de datos internacional del sitio Web of Science, el cual es el mayor recopilador de contenido científico.

Tiene en su base de datos las publicaciones de las revistas especializadas más importantes. Cada año evalúa esa información junto a la empresa estadounidense Clarivate. Así obtienen una lista con los nombres de los investigadores que en la última década han sido más citados. El sitio recoge los trabajos de más de seis millones de científicos.

De estos, Clarivate selecciona al 1% de ellos que ha posicionado un número mínimo de artículos en el ‘top’ de referencias académicas.

La selección escogió, en este año 2020, a los 6 123 científicos más citados del mundo en el último decenio. Allí está José Miguel Álvarez y junto a él aparecen varios premios Nobel. De hecho, de la lista suelen surgir futuros candidatos a obtener este galardón. Esto porque su trabajo y las publicaciones que han realizado en 80 revistas científicas en los últimos 10 años abarcan áreas de las Ciencias Agrícolas, Bioquímica y de la Salud.

El investigador comenzó su trayectoria cuando cursaba su doctorado en Alimentación y Salud en la Universitá Politécnica delle Marche, en Ancona, Italia, hace 16 años. Su tesis de graduación abordó la acción de los antioxidantes que contiene la miel de abeja.

El equipo de investigadores que encabeza Álvarez en la UDLA está actualmente integrado por otros tres colaboradores. Además, estudiantes de pregrado de la carrera de Biotecnología e Ingeniería de Alimentos de la universidad colaboran como parte de sus trabajos de titulación. También cooperan instituciones educativas de Italia y España.

Sobre las enfermedades por estrés oxidativo que proliferan en la actualidad, se investiga mucho en todo el mundo.

Álvarez dice que los análisis se ven favorecidos en Ecuador porque el país posee una enorme y poco estudiada biodiversidad. Por ejemplo, se ha trabajado en otras partes las propiedades antioxidantes de frutos rojos como arándanos y frutillas. En nuestro territorio hay especies propias como el mortiño y variedades de mora.

En el proceso implementado en la universidad ecuatoriana, las frutas y verduras son liofilizadas, es decir, se las deshidrata para preservarlas. Luego, se usan solventes orgánicos para extraer la sustancia de interés.

A continuación, se inyectan las muestras en un cromatógrafo y en un espectómetro de masa. A través de ellos, identificadores de espectro UV determinan con precisión cuál es el compuesto a utilizar. Posteriormente, se lo compara con estándares internacionales.

La mayoría de los análisis se hacen en el laboratorio de la UDLA. Algunas pruebas moleculares más específicas se desarrollan en centros de investigación europeos.

Las sustancias son aplicadas a genes de un gusano, a macrófagos de ratón y a células de origen humano. Estos son comprados a empresas que se dedican a proveer estos productos certificados.

En la UDLA se trabaja con células tumorales, principalmente, de cáncer gástrico, muy común en Ecuador.

Los entornos de cultivo recrean el ambiente del organismo humano, como niveles de oxígeno y CO2. La respuesta de las células revelará si el compuesto es efectivo. Por ejemplo, induciendo su muerte temprana, o evitando la proliferación tumoral.

Los resultados servirán para que otros científicos avancen con esa línea de investigación en otras partes del mundo.

El modelo más usado en el laboratorio que dirige Álvarez es el denominado ‘C elegans’.

El Caenorhabditis elegans es un gusano de tres milímetros de largo. Es útil porque tiene genes que responden a sustancias como ciertas enzimas antioxidantes de forma equivalente a cómo reaccionan los genes humanos.
Adicionalmente, se estudia la capacidad antibacterial de la miel de eucalipto. En el país, las abejas la producen porque se alimentan de la flor del árbol.