La investigadora ambateña Marleen Haboud expondrá en universidades de Europa y Sudamérica parte de los resultados del Proyecto Oralidad Modernidad. Foto: Fabián Maisanche/ EL COMERCIO.
Un extracto del proyecto de documentación y revitalización de las lenguas ancestrales del país será expuesto en universidades de Alemania, España y Chile.
La investigadora Marleen Haboud será la encargada de dar a conocer los datos recolectados en comunidades asentadas en la Sierra y la Amazonía. Además, se expondrá sobre la situación de las lenguas en el mundo, cómo se encuentran, cómo recuperarlas, cuál es su estado, quiénes las están usando y en dónde.
“Estos encuentros nos permiten dar a conocer la importancia de la lengua materna y su estado en el país. Hay varias tareas y acciones que se pueden hacer para revitalizar y mantener la lengua ancestral”, aseguró Haboud.
La directora del programa Oralidad Modernidad de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador explicó que las conferencias son parte de los eventos por el Día Internacional de la Lengua Materna, aprobada por la Conferencia General de la Unesco en 1999. La celebración se realiza cada 21 de febrero.
“El estado de las lenguas es vulnerable en el país y eso vamos a indicar en las universidades internacionales. Las nuevas generaciones indígenas la utilizan menos y es una preocupación porque se puede ir perdiendo poco a poco”, indicó la investigadora.
Esta fue una de las conclusiones a la que llegaron los participantes kichwas en la presentación de los resultados del sondeo socio lingüístico georeferenciado en Ambato.
En uno de los salones del centro universitario de la capital de Tungurahua se informó sobre el trabajo realizado en comunidades kichwas de la serranía ecuatoriana.
Allí se indicó la realización de 6 700 entrevistas georeferenciadas y que cada una tiene un promedio de 956 datos.
José María Vacacela fue parte de los investigadores del pueblo Saraguro. Foto: Fabián Maisanche/ EL COMERCIO.
Otros datos de la investigación confirmaron que en el país existen 13 nacionalidades de las cuales 12 lenguas se mantienen vivas.
“La lengua de la nacionalidad Andoa ya no se habla, pero se tiene registro. Fue un trabajo con líderes y estudiosos indígenas en comunidades que van desde Imbabura hasta Saraguro”, comentó la investigadora.
En el salón universitario los dirigentes lucieron sus ponchos de color negro y rojo con un sombrero de paño de ala corta. Mientras que las mujeres vistieron faldas coloridas, bayetas y blusas blancas con bordados de flores, hojas y otros símbolos andinos.
Entre los representantes estuvieron de los pueblos Panzaleo, Cañari, Cayambi, Puruhá, Chibuleo, Otavalo y Saraguro.
Rosa Guamán es oriunda del Juncal en Cañar. La indígena fue parte del equipo que recolectó los datos del proyecto en el 2014. Los datos recopilados fueron en las comunidades asentadas en las once parroquias rurales del sur del país y en las cercanías de la capital provincial.
“En la parte alta del páramo ya no se habla el kichwa y los niños ya no quieren hablar nuestra lengua. Nos enfrentamos a grandes retos para poder mantener el kichwa que deben ser expuestos al mundo”, acotó Guamán.
Un grupo de investigadores de Saraguro presentó libros sobre las lenguas y la historia de las comunidades de este pueblo del sur de Loja para compartir sus experiencias.
“Hay preocupación sobre la pérdida de la lengua en nuestro pueblo. Estos estudios nos permiten revitalizar el idioma kichwa y buscar compromisos para mantener la lengua que es el espíritu de un pueblo”, aseguró José María Vacacela.