Relatos cortos para captar a los lectores

Libro.   El escritor Marcelo Báez junto a   ‘Lienzos y camafeos’.

Libro. El escritor Marcelo Báez junto a ‘Lienzos y camafeos’.

Historias que caben en una página, a veces en media, en un par de líneas o hasta en cinco palabras. Sí, incluso más breve que el microcuento de siete palabras ‘El dinosaurio’, del escritor hondureño Augusto Monterroso.

El culpable del libro no es un ecologista que tiene como fin ahorrar papel para salvar al mundo. Se trata del multigenérico escritor guayaquileño Marcelo Báez, a quien poco le interesa que se talen o no árboles por su culpa. Lo que pretende es ganar lectores. Por ello, en ‘Lienzos y camafeos’, su último libro, le apuesta a la microficción, en plena época tecnológica de “lectores ocupados, sin tiempo para leer textos largos”.

“Están más pendientes de su teléfono móvil o de qué amigos los han agregado en el Facebook”, apunta Báez en una suerte de prólogo del libro.

Son 64 historias divididas en dos partes muy definidas: ‘Lienzos’, en donde el autor reúne historias algo más extensas, y ‘Camafeos’, donde se encuentran las más breves, las que el llama “cortometrajes literarios”. Cada texto es más corto que el anterior. Hasta llegar al último, titulado ‘El cuento más largo del mundo’ que desarrolla una historia en cinco palabras: “Ssh. Aún lo están escribiendo”.

A este microcuento, Báez lo califica de “herejía”, pues es un intento de reducir la extensión que tiene el célebre microrrelato ‘El dinosaurio’, del escritor Augusto Monterroso, “el padre” de este género.

Báez se autoproporciona consignas para escribir algunos de sus microrrelatos: “Un SMS antes de morir”, “Una nota en una refrigeradora”, “Hacer el amor con una mujer Botero”, “¿Cómo escribir un cuento en un minuto?”. Y así surgieron algunas de sus más ingeniosas historias. También fantasea con una nueva versión del Génesis (la mujer es creada antes que el hombre) e imagina un tras cámaras de la película ‘Romeo y Julieta’. A pesar del reducido espacio, las historias están redactadas con el mismo rigor de una novela.

Suplementos digitales