En la última entrega de la serie sobre personajes olvidados de la independencia, EL COMERCIO cuenta el papel que jugaron Alexandre Pétion y los generales afroamericanos Fernando Ayarza y Juan Otamendi Anangonó.
Para 1815, la empresa independentista vivía sus momentos más aciagos. En la búsqueda de ayuda y nuevos aliados, Simón Bolívar escribió la famosa Carta de Jamaica. El mensaje de esta misiva caló en personajes como Alexandre Pétion, el primer presidente de la República de Haití.
El escritor esmeraldeño Juan Montaño recuerda que el líder haitiano apoyó con dinero, embarcaciones y soldados para las batallas, y que lo único que pidió a cambio fue que Bolívar se comprometiera a expedir decretos para la libertad de los esclavos afrodescendientes de la región.
El apoyo poco difundido
Uno de los documentos que confirman el pedido de Bolívar es la carta que envió a Pétion, el 21 de enero de 1816, desde Los Cayos. En esta misiva señala que se atreve a demandar su ayuda porque lo considera “el padre de todos los verdaderos republicanos”.
“Yo suplico a V.E. se instruya de las circunstancias que nos afligen. La intriga de un español y la ambición de un francés nos han reducido a temer la pérdida de toda esperanza de libertar a la América, si V.E. no nos sostiene en medio de tantos infortunios”.
Quizás, el papel trascendental que Pétion jugó para esta etapa del proceso de independencia ha quedado relegado por la historiografía por causa de sus mismas reservas. En otra carta, fechada el 18 de febrero de 1816, le escribe a Bolívar para pedirle que no mencione que él fue quien le proporcionó ayuda para impulsar nuevamente a las tropas que comandaba.
“Usted conoce, General, mis sentimientos a favor de lo que tiene empeño en defender. Debe estar penetrado de cuánto deseo ver salir del yugo de la esclavitud los que todavía padecen; pero, motivos que se relacionan con las reservas para con una nación que aún no se ha pronunciado de una manera ofensiva contra la República, me llevan a rogarle que no mencione mi nombre en ninguno de sus actos”.
A criterio de Montaño, el apoyo que Pétion tuvo hacia el proceso revolucionario debería ser reconocido en la conmemoración del Bicentenario, a través de la visibilización de la comunidad haitiana que vive actualmente en el Ecuador.
Generales Ayarza y Otamendi
Fernando Ayarza nació en Portobelo, Panamá, por el año 1800. Llegó a Guayaquil en 1821, como subteniente del batallón Alto Magdalena, enviado por Simón Bolívar para respaldar a los guayaquileños, quienes habían proclamado su independencia con la Revolución del 9 de Octubre de 1820.
Un año más tarde, este militar fue parte de la Batalla de Pichincha, como oficial del batallón Paya, que estuvo bajo las órdenes del general José María Córdova. Y en 1824 peleó en la Batalla de Ayacucho, en Perú. Desde 1830 trabajó bajo las órdenes de Juan José Flores; en 1832 defendió al país de las tropas granadinas que ocuparon algunos territorios del norte y en 1835 luchó junto a Flores en la sangrienta batalla de Miñarica.
A pesar de que Ayarza se convirtió en un referente del proceso independentista, los últimos años de su vida estuvieron marcados por la persecución que tuvo por parte de Gabriel García Moreno, quien lo acusó de conspirador, lo metió en un calabozo y lo condenó a un castigo de 500 azotes.
Otro de los generales afrodescendientes que luchó en las guerras de independencia que libraron Venezuela, Perú, Colombia, Bolivia y Ecuador fue el general Juan Otamendi Anangonó, que nació en Caracas, en 1798. En una de sus obras, el historiador Rodolfo Pérez Pimentel, afirma que fue hijo de un clérigo de raza blanca y de una esclava afro, de quien no se conoce el nombre. Asimismo, que tuvo una infancia llena de penurias y que fue vendido como esclavo varias veces.
En 1818, Otamendi fue entregado al comandante Carbonel para ser enrolado en el batallón Restaurador. Durante sus años de juventud luchó intensamente; gracias a sus méritos fue ascendido a subteniente. Cuando la Gran Colombia se disolvió, adquirió la nacionalidad ecuatoriana y se convirtió en el primer general negro de la recién
creada República del Ecuador.
A criterio de Montaño, es importante que, en medio de este contexto, no se olvide que el 5 de septiembre de 1820 se produjo la revolución de los cimarrones, en territorio que en ese tiempo se conocía como la región de las Esmeraldas. Entre los patriotas que proclamaron la independencia estuvieron los mercedarios Vicente Calderón y Ramón Estupiñán y Flores, el comerciante Víctor Manuel Lavayen y el español José Ferrer.