La casona del Museo Remigio Crespo Toral que data de 1910 luce deteriorada. En junio pasado una parte de la estructura de dos terrazas colapsó por las lluvias constantes en la capital azuaya.
Además, el piso de la edificación está destruido, vetusto y con aberturas. Incluso de las 91 salas que existen en los cinco pisos del inmueble solo siete funcionan.
17 000 piezas arqueológicas, óleos, joyas, colecciones de monedas, esculturas y otros bienes están guardadas en gavetas. No se exhiben porque no existe un lugar adecuado o porque las piezas no están restauradas.
Según el director del Museo Remigio Crespo Toral, Francisco Álvarez, quien dirige este centro desde hace 10 años, la institución tiene un presupuesto anual de USD 20 000 para el mantenimiento y exposiciones. “Esos recursos no permiten realizar ninguna obra y por ello el estado del museo”.
Para el director de Cultura del Municipio de Cuenca, Trosky Serrano, esta situación es preocupante, por ello realizan un plan de intervención urgente que será presentado ante el Concejo Cantonal. Su objetivo es que el Museo Remigio Crespo sea declarado en emergencia. Serrano dice que esta declaratoria permitirá que entidades como el Instituto Nacional de Patrimonio, el Ministerio de Cultura, la Unesco y entidades privadas aporten con fondos para su restauración.
Según él, se requieren USD 1,5 millones para arreglarlo; el Municipio aportaría con el 40%. La falta de recursos para la recuperación y mantenimiento de los espacios físicos se repite en otros museos de la capital azuaya.
Un ejemplo es el de Arte Moderno. La casona data de 1876 y desde 1978 es utilizada como museo. Actualmente, requiere que se cambien las canales de aguas lluvias porque en junio pasado la biblioteca y una oficina se inundaron. La coordinadora del museo, María Lafebre, dice que existen goteras en el inmueble. Este año las baterías sanitarias, que fueron construidas hace 30 años, fueron cambiadas.
Actualmente, el departamento de áreas históricas del Municipio de Cuenca realiza los trabajos de sonorización, iluminación, instalaciones eléctricas, entre otros, instalaciones que no se cambiaron desde 1978. Esas obras cuestan USD 130 000.
Según Serrano, cada museo municipal tiene un presupuesto anual de USD 25 000 y de allí cada centro cultural planifica sus actividades como exposiciones y destina una cierta cantidad, de acuerdo con sus necesidades para la conservación física.
Serrano dice que existe una política de conservación individual y que se busca una política integral y permanente. “Eso permitirá que se trabaje en forma preventiva y no solo se actuará cuando el bien ya esté deteriorado”.
Para ello prevé presentar este año una propuesta al Concejo Cantonal para que sea aprobada esta política integral y para aumentar el presupuesto para estas obras. Según el director (e) de Áreas Históricas, Daniel Astudillo, existe un rubro para el mantenimiento de los bienes patrimoniales, entre estos los museos. “Todos los años se priorizan cuáles serán atendidos”.
Los museos de la Casa de las Posadas, Quinta Bolívar y Catedral Vieja están en buenas condiciones. En el primero se realizan exposiciones de obras pictóricas de artistas y estudiantes.
Esta casona colonial cuenta con sensores contra robos para sus obras, alarmas contra incendios y de seguridad. Según María Augusta Lloret, encargada de la biblioteca, tiene un presupuesto que les permite mantener adecuadamente el inmueble. Lloret cuenta que este año se trató la madera de la parte exterior de la edificación, también se cuidan sus paredes se cogen las fallas. Además, la Dirección de Cultura del Municipio invirtió en la fumigación de los libros, diccionarios y documentos de la biblioteca.
En el caso del museo de la Catedral Vieja, este tiene un convenio para 10 años en el cual el Municipio y la Curia se comprometen a cuidar de este bien.
Allí actualmente se restauran sus puertas, que tienen 50 años. La última vez que fueron intervenidas fue cuando concluyó la restauración del templo en el 2005.
El director del Museo de la Catedral Vieja, Esteban Segarra, asegura que estos trabajos cuestan USD 3 000 y que son cubiertos por el Municipio. Sin precisar una cifra de cuánto gastan al año en mantenimiento, aseguró que en forma periódica se realizan estos trabajos. Por ejemplo, en junio realizaron la fumigación de parte de los bienes existentes.
Los planes para el próximo año
Para noviembre del 2012 se prevé que el Museo Remigio Crespo Toral esté restaurado totalmente. En octubre próximo estarán listos los estudios que realiza la arquitecta Lourdes Abad.
Según Trosky Serrano, de la Dirección de Cultura del Municipio, realizarán convenios con la Unesco y gobiernos como los de Perú y México para recibir capacitación y asesoramiento.
Serrano también asegura que se busca tener un equipo de profesionales que realicen el trabajo de catalogación, inventario y mantenimiento de las piezas de los diferentes museos de la ciudad.