Un retrato robot de Mare Sheehan diría lo siguiente: mujer que bordea los cincuenta años, tez blanca, cuerpo voluminoso y estatura mediana. Como la mayoría de mujeres de su pueblo viste con pantalones vaqueros, chompa con capucha, abrigo y zapatos de montaña. Su rostro siempre está sin maquillaje y su cabello pasa recogido en una alborotada cola de caballo.
También diría que Sheehan come cuando puede, por lo general comida chatarra, que la mayor parte del tiempo está malhumorada, que siempre pelea con su madre, que es muy amorosa con su nieto y que su exesposo acaba de mudarse, con su nueva pareja, a vivir en un casa que está solo a unos metros de la suya.
Sheehan es el personaje que la actriz británica Kate Winslet interpreta en ‘Mare of Easttown’ (Yegua de Easttown); la detective de un pequeño pueblo de Pensilvania, Estados Unidos, que investiga la desaparición de una chica y que, al mismo tiempo, intenta que su vida personal no se desmorone.
En ese intento, Sheehan se convierte en una presencia memorable. En un mundo televisivo poblado de personajes que se olvidan antes de poner ‘play’ a la siguiente serie, esta detective -caída en desgracia- logra lo improbable, que nuevamente se anhele que llegue el domingo por la noche para ver el siguiente capítulo.
Las razones son varias. La actuación de Winslet, por la que sin duda merece ganar un nuevo Emmy, logra que Sheehan se convierta en la antítesis del detective estilo CSI: lúcido a rabiar, elegante y de un carácter sobrio, pero salpicado de buenas dosis de humor negro, que los hace irresistibles.
Ella está en las antípodas de esos detectives. De entrada, le recuerda al espectador que su trabajo no tiene nada que ver con el reconocimiento o la popularidad, sino con la resolución de casos, en los que siempre se devela lo peor de la condición humana.
Nunca lo dice, pero seguro en sus adentros se repite que es innecesario lanzar una sonrisa al mundo, cuando hay una chica que lleva más de un año desaparecida y no tiene una sola pista que ilumine su paradero.
Atrapa a quien la está viendo, precisamente por las cosas que no dice, por sus silencios, por sus momentos de contemplación y reflexión, pero sobre todo por los gestos de su rostro, que la acompañan en los momentos de duda, miedo, hastío, o en los que simplemente la frustración la supera.
Ahí entra nuevamente el talento de Winslet, que desde el estreno de ‘Titanic’ (1997), no ha dejado de cosechar una serie de actuaciones que la han convertido en una de las pocas actrices de la industria de Hollywood en recibir un Oscar, un Emmy y un Grammy.
Asimismo, está su transformación física, que recuerda a la apuesta que hizo Matthew McConaughey para ‘Dallas Buyer Club’, o Christian Bale para ‘Vice’.
Winslet no ha revelado cuánto tuvo que subir de peso para esta producción, pero la contextura que tiene Sheehan, sin duda, aporta a romper con la imagen idílica que se tiene de los detectives.
Con el paso de cada capítulo, el último se estrena esta noche, el espectador es testigo del crecimiento de un personaje, cuyo trabajo se complica con la desaparición de nuevas chicas, la posibilidad de que la separen de su nieto y la incapacidad que tiene para manejar una ausencia familiar.
‘Mare of Easttown’, poblada de momentos de comedia negra familiar, de suspenso, drama y acción, ahonda de manera visceral en varios dramas de la sociedad contemporánea, entre ellos los problemas de drogadicción, la prostitución de menores de edad, el calvario que viven los familiares de las personas desaparecidas y lo que significa para una madre la pérdida de su hijo.
Para dar fuerza a esta faceta de su personaje, Winslet ha contado que trabajó con una psicóloga de duelos y estuvo en contacto con varias personas que han perdido seres queridos.
Asimismo, están presentes los dramas que viven los jóvenes de ese Estados Unidos marginal y poco conocido en el cine, pero muy explorado en la literatura contemporánea.
En medio de estos clarosocuros, Brad Ingelsby -el guionista de la serie- incorpora a dos personajes, que permiten ver otros matices de la personalidad de Sheehan, uno de ellos es Colin Zabel, (Evan Peters), un joven detective cuya presencia sirve para ahondar en la exploración del lado oscuro de los habitantes de este pueblo, de la cercanía que tienen unos con otros y de los secretos que se guardan.
El otro personaje es Richard Ryan (Guy Pearce), un profesor de literatura con el que Sheehan tiene un romance apasionado que se va apagando enseguida.
A él se suma el personaje de su madre, la encargada de imprimir un tono tragicómico a la serie, y el de Lori Ross, su mejor amiga y confidente, sobre la que rondan los personajes más oscuros de esta producción.
Todos estos personajes son las que convierten a ‘Mare of Easttown’ no solo en una historia sobre la vida de una detective que ha caído en desgracia, sino en una trama que muestra, de forma coral, cómo la familia y las tragedias del pasado pueden definir el presente.
Por otra parte, entre la crítica existe el consenso de que Sheehan es la mejor interpretación de la carrera de Winslet. En respuesta, ella ha dicho que estuvo inmersa interpretando a Mare como a ningún otro personaje. Estas declaraciones las dio a las puertas del estreno de ‘Avatar 2’, cinta en la que es una de las protagonistas.