Alrededor de tres meses después de su primer concierto en la Franja de Gaza, el director Daniel Barenboim volvió a sentar un ejemplo musical al dirigir hoy a la orquesta árabe-israelí en la frontera entre Corea del Sur y Corea del Norte.
Al cierre de una serie de conciertos en Corea del Sur, el director argentino-israelí interpretó junto con la Orquesta del Diván de Oriente y Occidente la novena sinfonía de Beethoven.
En el concierto participaron solistas y un coro mixto surcoreano que cantó en el cuarto movimiento el “Himno a la Alegría” para miles de personas.
La función, de 80 minutos, cerró con un aplauso de 15 minutos. Alrededor de 8 000 personas escucharon el concierto, que tuvo lugar al aire libre, en una franja de cuatro kilómetros entre ambos países.
Barenboim dijo estar particularmente contento de encontrarse allí como embajador de paz de Naciones Unidas.
La música de Beethoven muestra la fuerza de los seres humanos, es portadora de “un mensaje de humanidad”, dijo, al tiempo que agregó que si bien la música no puede traer la paz y solucionar conflictos, puede servir como aporte para lograr el diálogo.
Desde el punto de vista del derecho internacional, Corea del Sur y Corea del Norte se encuentran en guerra. Desde el fin la guerra (1950-1953) no se firmó ningún tratado de paz.
Fue la primera gira asiática de la orquesta, integrada por músicos de Israel, Palestina y diversos países árabes. Antes de la función de hoy, se presentó en China. Barenboim, uno de los directores de mayor reconocimiento internacional, es director general de la Ópera Estatal Unter den Linden y director de la Staatskapelle de Berlín.