El sistema de instalación para la impermeabilización de un jardín está diseñado para cualquier tipo de cubierta, ya sea interior o exterior. Se puede realizar en un espacio pequeño como un balcón o uno más amplio, como una terraza. Se realiza manualmente para evitar las filtraciones de agua.
Antes de proceder a la instalación se debe hacer una revisión de la inclinación de la superficie. Todo jardín es apto para ser impermeabilizado.
El sistema de impermeabilización aplicado correctamente dura 15 años, pero debe ir de la mano de un constante mantenimiento de la capa vegetal.
El costo de instalación, por m², incluida la capa vegetal, explica el Ing. Fernando Salas, de Chova, está en USD 40 y tarda, en promedio, cerca de dos horas por m².
Este sistema se coloca sobre una superficie de hormigón, pero la instalación puede hacerse sobre cualquier superficie.
Primero se coloca una lámina antirraíz (no permite que la raíces de las plantas la perforen) de 3,5 mm de grosor hecha de asfalto. La lámina es un polietileno termoadherible, con fibra de poliéster (que da la vida útil al producto) en su interior.
La lámina se adhiere por calor. Se funde con soplete para que se pegue directamente a la superficie en donde se va a colocar la jardinera. El calor se aplica en las esquinas de la plancha para que quede soldada y fundida.
Luego, con un trapo húmedo se repasa la lámina para asegurar su correcta adhesión. Las láminas deben tener un traslapo (espacio en el que se unen las láminas) no menor a siete centímetros, para garantizar que en la unión no se filtre agua.
Una vez cubierta la superficie se funde, en los bordes de la jardinera, una lámina que asegura que la humedad no pase a la cubierta. Es decir, se impermeabilizan los costados. Esta lámina tiene que ser del alto de la capa vegetal. Este material tiene, además, un acabado estético.
Luego se coloca, también con calor, una capa drenante (similar a un polietileno), que es lo que va a asegurar que el agua que filtra de la capa vegetal se escurra y se desvíe de forma adecuada hacia los sifones. Sin esta capa el agua no se filtra, sin embargo, no se secaría. Esta capa ayuda a que se realice ese proceso.
Después de que el área está cubierta por esta capa, se vuelve a colocar sobre los bordes la lámina protectora de humedad para que no se levante y queden totalmente sellados los bordes.
Una vez realizadas todas estas operaciones se coloca la capa de tierra, en un grosor de 10 cm.
Después se coloca la capa vegetal (cinco cm de grosor). En total, el alto de la capa vegetal, incluida la tierra, solo debe tener 15 cm de altura, pues su peso es elevado (30 kg/m² y el soporte de hormigón pesa hasta 400 kg/m²).
Una vez concluida la colocación de la capa vegetal (césped) se pueden sembrar plantas que no generen impacto, es decir que no crezcan bajo tierra porque no hay mucho lugar para que lo hagan (habas, papas, rábanos). Para sembrar lo ideal son plantas medicinales y ornamentales.
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