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El Mirador del Quilotoa Shalalá quedó en segundo lugar como Obra del Año

El mirador en Quilotoa Shalalá de los arquitectos ecuatorianos Jorge Javier Andrade Benítez, Javier Mera Luna y Daniel Moreno flores compite por ser la Obra del Año. Foto: Lorena Darquea/ plataformaarquitectura.cl

El mirador en Quilotoa Shalalá de los arquitectos ecuatorianos Jorge Javier Andrade Benítez, Javier Mera Luna y Daniel Moreno flores compite por ser la Obra del Año. Foto: Lorena Darquea/ plataformaarquitectura.cl

El mirador en Quilotoa Shalalá de los arquitectos ecuatorianos Jorge Javier Andrade Benítez, Javier Mera Luna y Daniel Moreno flores compite por ser la Obra del Año. Foto: Lorena Darquea/ plataformaarquitectura.cl

Las votaciones culminaron el miércoles 18 de marzo, a las 21:59. Y una vez que los integrantes de los portales Archdaily y Plataformaarquitectura realizaron el conteo para conocer al Premio ODA (Obra del Año de la arquitectura de habla hispana), los tres primeros lugares los ocuparon, respectivamente: la Facultad de Economía y Empresa Universidad Diego Portales, de Rafael Hevia, Rodrigo Duque y Gabriela Manzi; el Mirador en Quilotoa Shalalá, de Jorge Javier Andrade Benítez, Javier Mera Luna y Daniel Moreno Flores; y Havre 69, de at 103 + Reurbano.

El proyecto ganador se levanta en Chile; el Segundo Premio en Ecuador y el tercero, en México.

El Mirador del volcán, ubicado a 3 900 metros sobre el nivel del mar, es un emprendimiento realizado por tres jóvenes arquitectos nacionales en una de las laderas del volcán para optimizar el turismo en la zona.

El lago, casielíptico, tiene 3,15 kilómetros de diámetro y un desnivel de 440 metros entre el nivel del agua y el borde superior. Justamente para quienes no están en condiciones de salvar esa diferencia de altitud y quieren admirar el paisaje se construyó el mirador.

Este proyecto, de propiedad de la comunidad Shalalá, que también participó en su construcción, contó con el apoyo del Ministerio de Turismo en colaboración con diseñadores, ingenieros, arquitectos, paisanos, voluntarios...

La volumetría cumple dos roles. Primero, acomodarse a la pendiente natural y generar un graderío de madera de descanso; segundo, alejar a los espectadores del borde de la montaña por su seguridad y las vistas.

Con una estructura de acero recubierta con madera de teca el diseño impacta y protege. La madera, a pesar de estar a la intemperie y demandar un enorme esfuerzo en mantenimiento, es ideal ya que es la comunidad quien la cuida.

Este segundo premio es un reconocimiento al desarrollo de la arquitectura ecuatoriana y al talento de estos tres jóvenes profesionales ecuatorianos.

La premiación se realizará posteriormente, en un lugar aún por designar.