La pasta de agua y cemento, los agregados (arena y ripio) y los aditivos constituyen el hormigón. Foto: Archivo EL COMERCIO
Las recientes experiencias en el ámbito de la construcción, respecto a la calidad de los materiales, invita a preguntarse cuáles son los procesos adecuados por los que estos deben pasar para su elaboración; pero, también, a qué regulaciones deben regirse.
Si bien la piedra y arena, necesarias para materiales como el cemento y el hormigón se obtienen en canteras y ríos, es necesario poner atención en varios aspectos en el proceso de su tratamiento. Esto lo explica Julio Córdova, director ejecutivo del Instituto Ecuatoriano del Cemento y del Hormigón (Inecyc).
De pasta (agua y cemento), agregados (arena y ripo) y aditivos se compone el hormigón, explica Alexander Cadena, jefe de laboratorio del Inecyc. “De cada uno de los componentes es necesario medir las cantidades precisas para obtener la consistencia adecuada”.
Características como la densidad, el contenido de aire, la temperatura y la resistencia se miden en los laboratorios de esta institución para garantizar la calidad de los materiales.
En estos análisis participan estudiantes de ingeniería, como parte de su formación pre profesional.
De estos procesos dependería la posterior obtención de certificaciones y sellos de calidad, otorgados por el Servicio Ecuatoriano de Normalización (Inen). César Díaz, director ejecutivo, explica que todos los productos deben cumplir con una determinada normativa de calidad.
El funcionario considera importante entender la diferencia entre sello de calidad y certificación. “Un sello de calidad es una garantía que damos de que el producto cumple con la normativa establecida y tiene calidad. Una certificación, en cambio, se refiere a la garantía de que un producto cumple con la normativa para ser importado”.
Las normativas tienen especificaciones para cada producto de construcción.