Una capilla que emerge de dos espirales

Los novios suben por la escalera de caracol.Foto: www.plataformaarquitectura.com y www.divisare.com

Aunque son totalmente inusuales en occidente, en Japón las capillas de bodas son moneda corriente.
Un ejemplo de esta tipología es la capilla que el estudio NAP Architecs alevantó en el jardín del Hotel Bella Vista Sakaigahama, en Onomichi, Hiroshima.
Como explica http://www.plataformaarquitectura.cl, el pequeño templo (80 m² de planta) se emplaza a mitad de camino en una colina con vista panorámica del mar interior de Japón y es una sinopsis de la arquitectura más vanguardista de hoy.
El estudio Japonés NAP proyectó un revolucionario diseño estructural entrelazando dos escaleras de caracol que fue puesto en escena por el grupo de ingeniería Ove Arup & Partners Ltd.
Con este sistema, explica el arquitecto Hiroshi Nakamura , jefe de NAP: “Hicimos de un edificio estable, de composición sin precedentes y que arquitectónicamente encarna el acto del matrimonio en una forma pura.
Una sola escalera sería inestable en una dirección horizontal y es propensa a la vibración en una dirección vertical, por lo tanto, muy inestable”.
Al unir dos escaleras de caracol para que una se apoye en la otra, se obtuvo una estructura independiente.
Así como dos vidas pasan por giros y vueltas antes de unirse, las dos espirales se conectan a la perfección en su cumbre de 15,4 m de altura para formar una sola cinta, explica http://www.archdaily.com.
En el núcleo de la composición está la capilla. El pasillo mira hacia un árbol existente, el altar está ante el árbol y 80 asientos están colocados mirando al océano a través del bosque contiguo.
Por lo general, según Nakamura, un edificio se compone de elementos como techo, pared y piso. En este templo, sin embargo, las escaleras se entrelazan formando techos, aleros, paredes y suelos para producir los espacios.
Las escaleras se ensanchan en respuesta a su ubicación y función, como en la cumbre, donde la pareja se encuentra; y en lugares donde los aleros deben ser profundos, para proteger el interior del sol.
El exterior está forrado con paneles de madera pintados de blanco y de una aleación de zinc y titanio, muy resistente al salitre del agua marina.