Regar las plantas con una regadera es la mejor forma porque no se afecta la especie con un chorro fuerte. Foto: Freepik
Al tener plantas en casa surge una duda constante y está relacionada con el riego. ¿Cuánta agua necesitan las plantas que están en macetas y con qué frecuencia hay que regar a las que se encuentran directamente en el suelo?
Para empezar, las plantas que crecen dentro de macetas necesitan de un buen filtrado del agua para que esa fluya y no se acumule en el fondo. Cristina Fierro, del Proyecto A lo Verde, señala que es buena idea colocar piedra ripio, carbón, pedazos de teja o piedra pómez para que hagan de filtro de la maceta.
La importancia de que no se acumule el agua en el fondo se relaciona directamente con la supervivencia de la planta. Cuando el agua se empoza la planta puede morir porque sus raíces se pudren.
Los cambios de clima también marcan la dinámica del riego en casa. Por ejemplo, en Quito que la temperatura pasa de fría a cálida es necesario manejar un horario. Cuando llueve no es indispensable regar a las plantas que están en el suelo todos los días, pero si el clima se modifica y se vuelve muy cálido lo que se sugiere es hidratar a medida que se vaya secando la tierra.
Los dispositivos que hacen que el chorro de una manguera caiga como en una ducha también son buena opción para el riego en el suelo y en macetas. Foto: Freepik
Un horario ayudará a regar las plantas con constancia y evitará que estas se estresen por falta de agua. Algunos de los síntomas claves para identificar que le falta agua a la planta son cuando “la tierra se ve agrietada o la planta luce amarillenta y decaída”, menciona la especialista.
Para regar las plantas, ya sea en maceta o jardín, lo mejor son las regaderas por que la caída de agua tipo lluvia no daña la tierra ni las hojas de la especie que se esté hidratando. Si se cuenta con una manguera, lo mejor será tener un dispositivo que permita que el agua caiga como en una ducha, sin un chorro fuerte.
Fierro recomienda que el riego debe ser preferiblemente en la tarde o noche para que las plantas puedan aprovechar todos los nutrientes en lo que resta del día. Si se las riega en la mañana el beneficio no será el mismo porque el sol evapora el agua muy pronto.