La cápsula Orión de la misión no tripulada de la NASA Artemis I alcanzó la máxima distancia lograda por nave alguna con capacidad para llevar tripulantes desde la Tierra: 434 522 kilómetros (270 000 millas), superando así la distancia récord del Apolo 13, al marcar esta jornada la mitad del viaje iniciado en Florida el pasado 16 de noviembre.
El logro se suma a otros que, poco a poco, acumula la misión que supone el arranque del regreso del hombre a la Luna. Entre ellos, imágenes nunca antes captadas por los habitantes del planeta.
Así, justo en el momento del récord, la NASA publicó una insólita imagen en la que aparecen la Luna y la Tierra en la etapa de mayor alejamiento de nuestro planeta.
Asimismo, el 25 de noviembre, en el sexto día de la misión, la cámara de navegación óptica de la nave espacial Orión capturó imágenes en blanco y negro de cráteres en la Luna, durante su máxima aproximación.
Orión utiliza la cámara de navegación óptica para capturar imágenes de la Tierra y la Luna en diferentes fases y distancias, lo que proporciona un cuerpo de datos mejorado para certificar su eficacia en diferentes condiciones de iluminación como una forma de ayudar a orientar la nave espacial en futuras misiones con tripulación, informa la NASA en la cuenta en Instagram del Centro Johnson.
La nave espacial llegó a sobrevolar la Luna a solo 130 kilómetros de altura, lo que permitió tomar instantáneas a gran resolución de cráteres y otros rasgos de la superficie lunar.
No todo es color de rosa
Sin embargo, este relanzamiento del interés por la conquista espacial no ha estado exento de problemas, empezando por las dificultades técnicas que, en más de una ocasión, aplazaron el lanzamiento.
Adicionalmente, ya durante la misión tampoco han faltado los escollos que los responsables de la agencia espacial estadounidense prefieren ver como oportunidades de aprendizaje de cara a futuras misiones.
Un ejemplo de lo anterior es el hecho de que el pequeño cubeSat LunaH-Map, lanzado con la misión Artemis I con el objetivo de estudiar el agua en la Luna, falló en la maniobra de sobrevuelo lunar prevista el 21 de noviembre.
Después de desplegarse desde el cohete Artemis I Space Launch System, la nave espacial LunaH-Map de la NASA se encendió y se comunicó con la Tierra 5 horas y 33 minutos tras el lanzamiento el 16 de noviembre. Poco después del despliegue, el equipo de operaciones hizo el primer contacto por radio con la nave espacial y lo sacó del modo de baliza.
Durante las siguientes 24 horas, el equipo también encargó con éxito los paneles solares, la radio, el espectrómetro de neutrones y varios sistemas del cuerpo principal de la nave espacial. El espectrómetro de neutrones recolectó un conjunto de datos de crucero que indicaron que el detector estaba funcionando normalmente.
Más problemas de lanzamiento
El 17 de noviembre, el equipo encendió el sistema de propulsión. Sin embargo, después de muchos intentos de encendido, el sistema no pudo alcanzar el empuje antes del sobrevuelo lunar planificado de la nave espacial el 21 de noviembre. La trayectoria original de la misión requería que la nave espacial hiciera una maniobra de propulsión el 21 de noviembre como un paso hacia su eventual órbita polar lunar.
De igual manera, la agencia espacial japonesa (JAXA) fracasó en su objetivo de aterrizar en la Luna con una misión basada en un CubeSat de bajo precio, denominada Omotenashi.
El objetivo era realizar mediciones de radiación del entorno cercano al satélite natural, así como en su superficie.
Problemas de comunicación
Pero lo que más preocupación ha causado es la inesperada pérdida de contacto entre la NASA y la nave ocurrida la madrugada del 23 de noviembre.
Ese día, los controladores de la misión perdieron la comunicación con la nave espacial a las 06:09 GMT y tras 47 minutos de silencio, se restableció el contacto.
El equipo resolvió el problema con una reconfiguración en el lado de tierra. Y en estos días, los ingenieros están examinando los datos del evento para ayudar a determinar qué sucedió.
“La reconfiguración se ha llevado a cabo con éxito varias veces en los últimos días y el equipo está investigando la causa de la pérdida de señal”, escribieron los funcionarios de la NASA, quienes aclararon que la misión no peligró.
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