Crispr puede ‘editar’ el gen humano

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Cuando la cinta de un antiguo casete de música se dañaba, lo que se acostumbraba era cortar con una tijera la parte dañada y arrugada. Luego se unían los extremos con cinta adhesiva para evitar que la cinta se enredase en la grabadora.
Un mecanismo parecido se utiliza en el sistema denominado Crispr. Solo que en lugar de una cinta, se aplica a la cadena de ADN de un organismo.
Permite cortar genes que pudieran ser causantes de enfermedades e inducir la unión posterior de los extremos de forma natural o con la ayuda de una enzima -proteína soluble producida por las células del organismo- llamada CAS9. Por eso también al Crispr se lo conoce como el sistema de ‘edición de genes’.
En China, el método ya fue aplicado a dos roedores de laboratorio que tenían cataratas. Científicos del Shanghai Institute for Biological Sciences indujeron una ruptura del ADN y corrigieron la secuencia responsable de ese mal. Fue el año pasado, cuando el método comenzó a aplicarse.
Esto dio pautas para pensar en que podría aplicarse para tratar cualquier enfermedad genética como cáncer, Alzhéimer, hipotiroidismo o síndrome de Down.
Por eso en 2013 fue elegido como el método científico más innovador del año por la revista especializada Nature.
La publicación científica MIT Review, en cambio, la incluyó en la lista de 10 tecnologías que cambiarían al mundo en el 2014. Y proyectó que Crispr (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats) se convertiría en la tecnología que mayor polémica generaría. Esto porque permite reescribir el genoma de los seres humanos.
Solo un mes después del anuncio, el mundo fue testigo de la presentación de los primeros monos “transgénicos” modificados en laboratorio.
El equipo de investigadores de la Universidad de Nanjing que estuvo al frente del proyecto dijo que aplicó la tecnología Crispr/Cas9.
Con unas bacterias, que hicieron las veces de tijeras, modificaron los genes de simios que estaban por nacer para que tenga características específicas; las que se necesitaban para estudiar determinadas enfermedades.
El objetivo fue ‘producir’ modelos de animales con enfermedades que hubieran sido difíciles de conseguir de forma natural. Por ejemplo, un mono que tenga cáncer en una parte específica de su cuerpo.
El siguiente paso es la edición de genes para hacer que los animales de laboratorio adquieran características que los asemeje más a los seres humanos, para que los resultados de los experimentos que se les practique puedan tener mayor margen de efectividad y posteriormente también se pueda aplicar a los seres humanos.
En mayo pasado, Crispr incluso inspiró un software que permite modificar los genomas, hasta cinco unidades de cromosomas a la vez.
Jason Pontin, editor general de lMIT Review, reconoció en el último evento EmTech 2014, realizado en México, que esta tecnología no tardará en masificarse y que permitirá incluso modificar el ADN de seres humanos, antes de nacer.
Por ejemplo si se identifica que un bebé tiene un mal congénito, los padres podrán solicitar una terapia para eliminar el gen. Pero podrían ir más allá: los genes determinan el color del cabello, de los ojos de la piel... Con Crispr se podría “caer en la tentación”, como señaló Pontin en una entrevista a CNN México de “editar lo que no les guste de sus fetos. Comenzarán desde lo más sencillo”.
El primer artículo científico sobre Crispr data de 1987. Resultó del análisis de la bacteria E. coli. Se descubrió que secuencias de su ADN se repetían. Luego (2000)se hallaron genes en esas repeticiones que producían proteínas. Diez años después se inició su ‘boom’.