Con asesoramiento de técnicos de Italia se construyó un muelle, y con el apoyo de técnicos del Municipio de Otavalo se mejoraron los puntos de atención al cliente. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO.
Cachiviro, en Otavalo (Imbabura), dejó de ser una comunidad de paso para transformarse en un lugar que acoge a turistas. Antes, los viajeros solo pasaban por aquí para preguntar qué sitio podrían visitar, recuerda Margarita Espinoza, moradora de la comuna.
Eso motivó a un grupo de vecinos de esta parcialidad kichwa, ubicada en las orillas del lago San Pablo, a organizarse para vender los atractivos.
Así surgió la Asociación Rey Mola Cocha, que inicialmente tuvo 30 socios. Pero la mitad se retiró porque no se tuvo resultados inmediatos.
A pesar de ello continuaron con los planes turísticos. Hoy, al menos 1 000 personas arriban cada semana a Cachiviro, señala José Peña, dirigente de la asociación. Ahí pueden realizar paseos en lancha, adquirir artesanías de totora y lana y degustar la gastronomía local.
Una de las cosas que resalta es el muelle Kaimanta Ricuna (Venga a mirar de aquí, en español). Un altillo de madera permite una vista panorámica del lago por sobre las fibras de totora que florecen en las orillas del complejo lacustre.
En la parte baja del muelle, en cambio, hay una ventana que permite divisar hacia el volcán Imbabura.
El diseño y la construcción de este embarcadero estuvo a cargo de Agnese Grigis, Chiara Oggioni y Marta Petteni.
Estas arquitectas italianas visitaron el país, en octubre del 2015, para ejecutar esta iniciativa comunitaria, que busca generar beneficios permanentes a este poblado indígena.
Antes de la construcción de este pequeño malecón, las expertas organizaron talleres para hablar de identidad e historia, técnicas de construcción tradicionales, análisis del proyecto y presentación. Los comuneros plasmaron al pie de la letra los diseños de las expertas extranjeras.
Por ahora, remodelan una de las dos embarcaciones para que tenga dos pisos y ofrezca paseos acuáticos pronto.
Igualmente, han recibido asesoramiento técnico, promoción y capacitación sobre prestación de servicios, indica Fernando Haro, técnico del Municipio de Otavalo.