Más del 50% de los medicamentos se prescriben, dispensan o venden de forma inapropiada, y la mitad de los pacientes no los toman correctamente. Eso revela un informe realizado este año por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en relación al uso indebido y excesivo de antibióticos en el mundo.
Allí, el ente internacional analizó el comportamiento de 114 países y detalló que en América hay una creciente resistencia a estos medicamentos, pues ya no combaten como antes las bacterias que causan las enfermedades.
¿Cómo perjudica al organismo su uso excesivo? Para comprender cuáles son las afectaciones hay que primero conocer cuál es la función de un antibiótico, afirma el médico internista Ramiro López. El galeno explica que estos medicamentos son en su mayoría sintéticos y contienen ciertas bacterias que eliminan o atacan a otras que están causando una infección.
Sin embargo, tienen la condición de que sean usados específicamente para enfermedades causadas por bacterias y su administración sea controlada por un especialista en cuanto a la duración del tratamiento.
De lo contrario, usar antibióticos ya sea por gripe, tos, dolor de garganta… o cualquier otro virus, puede ocasionar perjuicios al destruir la flora bacteriana.
De acuerdo con la OMS, el antibiótico ingresa en el organismo y libera a las bacterias creadas para combatir a las que ocasionan la dolencia. Pero aún así, también se perjudican a las bacterias buenas.
Es por eso que sin control médico, tomar antibióticos va progresivamente destruyendo aquellas bacterias buenas que ayudan a equilibrar las funciones de tejidos. Según los especialistas, al destruirse la flora bacteriana y otras bacterias beneficiosas en el organismo, se perjudica también al PH adecuado de la piel y esto afecta también al sudor, a las mucosas nasales y oculares, y provoca la caída del cabello (ver infografía).
De acuerdo con cifras de la OMS, más del 50% de los países no aplican políticas básicas para fomentar el uso racional de los medicamentos.
“En los países en desarrollo, la proporción de pacientes tratados de conformidad con directrices clínicas es inferior al 40% en el sector público y del 30% en el sector privado”. Para la también médico Patricia Viteri, esta es la causa para que ahora las enfermedades transmitidas por bacterias sean más difíciles de curar.
Antes –relata- usar antibióticos en determinados casos en los hospitales era suficiente, ahora ciertos pacientes presentan resistencia, es decir, se vuelven inmunes a estas medicinas y se deben buscar otros métodos y tratamientos.
Eso le ocurrió hace dos meses a Fernando Quintana, quien ingresó a un hospital público por fuertes dolores de estómago, hemorragia nasal y vómito que no se aliviaban. Hace más de cinco años –cuenta- tuvo dolores y acudió a un médico que le diagnosticó una infección y le recetó antibióticos. Desde allí, cada que sentía dolores parecidos usaba la misma medicación, sin prescripción.
El internista López asegura que, en el caso de Quintana, no siempre pudieron ser infecciones bacterianas y el paciente se perjudicó al automedicarse. De ahí la recomendación de la OMS y los especialistas por prevenir tanto la resistencia como los efectos adversos. Así la OMS inició hace tres meses una campaña con el fin de evitar que estos medicamentos causen efectos cuando sea necesario tomarlos.