Intenso es la palabra que utiliza Diego Tirira para definir su viaje por África. Durante siete meses, este biólogo recorrió alrededor de 33 500 kilómetros a través del continente acompañado solamente por su bicicleta.
Su deseo de conocer a los animales que había estudiado durante toda la universidad y las ganas de adentrarse en nuevas culturas lo llevaron a planificar esta travesía. Tras varios encuentros con otros viajeros, quienes le contaban sus experiencias, Tirira empezó a idear las formas de viajar y recorrer África sin tener que gastar mucho dinero.
Desde pequeño, este biólogo ha utilizado la bicicleta como su principal medio de transporte. Por eso, se le ocurrió que podría acompañarlo en su nuevo proyecto. Con esto en mente, emprendió un viaje por todo Ecuador, para prepararse para su próxima aventura.
A bordo de su bicicleta, salió desde Quito, pasó por 16 provincias y recorrió 3 600 kilómetros. Al regresar, publicó sus vivencias en una revista y decidió que ya estaba listo para partir rumbo a África.
Su viaje empezó en España. Primero trató de cruzar con su bicicleta hacia Marruecos, por el estrecho de Gibraltar, pero por problemas con su visa no logró hacerlo. La solución fue comprar un boleto de avión hacia Sudáfrica.
Al llegar a Ciudad del Cabo, en el extremo sur del continente, empezó formalmente esta travesía, que terminó siete meses después en Egipto.
Durante su trayecto recorrió más de 18 países: 33 500 kilómetros en todo tipo de medios terrestres y 12 000 kilómetros a bordo de su bicicleta. En estos no solo conoció de cerca nuevas culturas y la hospitalidad de sus habitantes, sino también la pobreza y las duras condiciones en las que viven niños y adultos.
“No fue algo sencillo. Fue una experiencia muy difícil y no recomiendo a cualquiera”, dice Tirira. Cada día vivió aventuras que marcaron su vida, y recibió algunas muestras de cariño que lo impactaron.
En Mozambique, por ejemplo, un sacerdote venezolano le dio alojamiento durante tres días. En Sudán, incluso, un desconocido que estaba en la mesa de al lado pagó su comida. Este país fue donde más muestras de generosidad encontró, a pesar de que es considerado uno de los más peligrosos.
África también le permitió conocer de cerca a leones, hipopótamos, antílopes, monos, aves y una variedad de especies que, hasta ese momento, solo había visto en libros.
Los 33 500 kilómetros que Tirira recorrió solo acompañado por su bicicleta le abrieron los ojos a una nueva realidad. Los tres cuadernos que llenó con sus memorias durante el viaje son parte del libro ‘África. El gran viaje en bicicleta’, que será presentado el 23 de noviembre.