El alpargate tiene un sabor centenario

Wilson López es nieto de los creadores del platillo.Fotos: Cortesía Belén Rivadeneira

Wilson López es nieto de los creadores del platillo.Fotos: Cortesía Belén Rivadeneira

Wilson López es nieto de los creadores del platillo.Fotos: Cortesía Belén Rivadeneira

La elaboración del alpargate conlleva una rica historia de tradición y leyendas, que incluso sirvió para definir el nombre de un barrio, hasta llegar a ser el plato más representativo de la capital imbabureña.

El platillo es especial desde su nombre. Según la leyenda, fue bautizado como alpargate, debido a que el lugar donde fue creado, a orillas del río Tahuando, hace un siglo atrás, era el límite de la ciudad de Ibarra. Cerca a este sitio, funcionaba una especie de camal, donde se faenaban a las reses.

Según el relato popular, dos campesinos bajaban a faenar en la madrugada y cuando pasaban al frente de la picantería, gritaron estruendosamente, decían que les seguían unos fantasmas que se habían posado en una gran piedra.

Mientras intentaban escapar, uno de ellos dejó en el sitio su calzado de alpargates de caucho. Ese momento hizo que el lugar pase a ser denominado como alpargates.

Wilson López, tercera generación en administrar este negocio, comenta que esa picantería del relato desapareció hace 40 años, tras una crecida del río Tahuano que se llevó no solo al negocio y a la famosa piedra, sino también una buena parte del barrio.

Sin embargo, eso no detuvo a la familia López y hace 20 años inauguraron un restaurante en el sector de Los Tejares, a pocas cuadras de donde se inició el emprendimiento.

El platillo que ofertan, reúne ingredientes andinos como la carne colorada, queso amasado, mote, empanada de maqueño, chorizo artesanal, aguacate, encurtido y papas con mapahuira (manteca de cerdo). Previamente, de entrada se sirve tostado, chochos y habas, que pueden ser acompañados de ají molido en piedra. De postre, el comensal recibe helado de paila.

La elaboración de este platillo conserva la tradición y complejidad en su elaboración. Por ejemplo, el tostado es elaborado con manteca de cerdo y en ollas de barro calentadas en leña. También, existe la opción más saludable de tostado cocinado en tiesto de barro.

El chorizo demora hasta tres días en su preparación. En el primer día, se corta la carne de cerdo y se le deja macerando una noche. Al día siguiente se le embute en la tripa de forma manual y el último día se le pone al secado en la cocina.

En cuanto a la carne colorada, esta demora hasta cuatro horas en su elaboración, bajo la técnica de cocción lenta. Cada cierto tiempo, se le añade aliños andinos, en total son seis, para que adquiera un sabor diferente al que se oferta en el resto del país.
El mote, también, es cocinado en olla de barro, en fogón de leña, para que no pierda el sabor autóctono.

Este plato es un ícono en Ibarra, de hecho, exmandatarios y autoridades han pasado por el restaurante para degustar de su gastronomía. Los expresidentes Jaime Roldós y Rafael Correa estuvieron entre los clientes más reconocidos.

El corredor vial que recientemente fue inaugurado y que conecta a los sectores de La Esperanza, Zuleta y Cayambe, le ha beneficiado, porque el restaurante está al inicio de la vía.

Su elaboración
El chorizo y la carne colorada son los ingredientes de mayor tiempo de cocción.

12 ingredientes andinos tiene el alpargate ibarreño en su elaboración.

Los utensilios que se usan durante su elaboración son de barro en su mayoría.

100 años tiene la receta. Wilson López es la tercera generación en
el negocio.

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