Turismo comunitario, la mejor manera de conocer Los Andes ecuatorianos
Imagínese llegar a una comunidad indígena de Los Andes ecuatorianos y que los habitantes de esta comunidad lo reciban con un banquete especial en su propia casa. El turismo comunitario ofrece este tipo de experiencias y busca que los turistas convivan con los miembros de la comunidad, formen parte de sus costumbres, tradiciones y se sientan parte de la misma.
Turismo comunitario una alternativa diferente
Una alternativa diferente para los viajeros es el turismo comunitario, esta opción permite a los viajeros tener contacto con las comunidades que visitan, vivir sus tradiciones, conocer su cultura y sentir que forman parte del lugar. La comunidad de La Merced en Imbabura o La Moya en Chimborazo son grandes opciones para realizar turismo comunitario.
Las comunidades tsáchilas le apuestan al turismo
La marimba, los rituales y las costumbres de la nacionalidad indígena Tsáchila se convirtieron en un atractivo turístico. Están ubicados en Santo Domingo, en el occidente de Ecuador y viven en siete comunas. Allí se han levantado ocho centros comunitarios turísticos y culturales.
Las primeras flores de los guayacanes se observan en Loja
La lluvia registrada la noche del jueves 23 de enero permitió que broten las primeras flores amarillas de los guayacanes en las parroquias de Mangahurco, Bolaspamba y Cazaderos. Esos poblados están ubicados a cuatro horas de la capital lojana. Este encanto natural se puede observar en vivo en la página web www.amalavida.tv. La cámara para este monitoreo está ubicada en la parroquia Mangahurco. Allí, los técnicos del Ministerio de Turismo están pendientes de la señal en vivo que se emite a través de Internet. Osman Romero, presidente de la Junta parroquial de Mangahurco, dijo que la población se ha preparado desde octubre pasado para recibir a la masiva presencia de turistas. “Siempre hemos invitado a observar esta belleza natural. Sin embargo desde el 2012 se cristalizó el proyecto de mirar a Mangahurco como un destino turístico”.
Una comunidad que reivindica el adobe
Las casas rústicas, con diseños contemporáneos, han cambiado el panorama de San Clemente, situada al sur de Ibarra. Hasta hace cinco años en esta comunidad indígena, en donde habitan 780 personas, solo había casas cuadradas de adobe, recuerda Martha Pupiales, presidenta de esta localidad.
Las casas levantadas a través de mingas
En el interior todos los espacios están integrados. Los troncos gruesos de eucalipto funcionan como columnas de las viviendas, que tienen uno o dos pisos. En muchas casas también hay muebles fijos elaborados con troncos y adornos en piedra. Sin embargo, también hay construcciones mixtas que han incluido las columnas de hormigón armado.