Los dolientes tsáchilas se resisten a creer en la eterna partida de sus seres queridos. Sus ancestros les inculcaron la idea de que existe la reencarnación siempre y cuando sigan la tradición del ritual de la cruz de chonta o de pambil.
Los collares, pulseras, llaveros y lanzas no solo sirven como un elemento decorativo. En la cultura tsáchila se utilizan como un amuleto para protegerse. También se cree que atraen la suerte y las buenas energías. Su elaboración no solo conlleva un proceso artesanal que puede durar hasta dos días sino también incluye un ritual en el que el tsáchila se reencuentra con la naturaleza.
La combustión que sale de la leña forma una capa de humo blanco en una de las chozas de una familia tsáchila.
En una planicie de dos hectáreas de la comuna Chigüilpe, se puede avistar el pasado y el presente de la arquitectura de la nacionalidad Tsáchila.
Cuando un tsáchila asciende a chamán hereda un poder que lo lleva hasta la muerte.
El ayuno y aislamiento en un lugar íntimo de la comuna es un requisito indispensable para los chamanes de la etnia tsáchila que invocan a la naturaleza por un favor especial.
Los adultos mayores de la etnia Tsáchila añoran sus años de gloria, cuandola práctica de sus tradiciones ancestrales les permitía mantener patente su cotidianidad en las comunas.
El bosque Masara Mu’ du es el consultorio chamánico de los vegetalistas de la nacionalidad tsáchila. Se encuentra ubicado en el kilómetro 7 de la vía Santo Domingo - Quevedo.
Entre anécdotas y nuevos retos, los comunicadores de la radio Sonba Pamin, de la nacionalidad Tsáchila, celebraron los cinco años de aniversario de ese medio.
Liborio Calazacón Oranzona fue uno de los últimos líderes de la nacionalidad tsáchila que defendió los más sagrados intereses de los nativos de Santo Domingo.
La nacionalidad Tsáchila presentó una variada oferta de actividades ancestrales por el feriado de la Batalla del Pichincha. Se trata de una agenda de turismo comunitario que incluye recorridos por los senderos del bosque y visitas al museo viviente, ubicado en la comuna Chigüilpe, en el kilómetro 7 de la vía Santo Domingo-Quevedo.
En el local Tierra Tsa’chila Punto d’ Encuentro se exhiben con orgullo las diferentes facetas de los ancestros de la etnia Tsáchila. La vestimenta, gastronomía, folclor y los trabajos de subsistencia están representados en artesanías y figuras de cada rincón del establecimiento.
Los afrodescendientes residentes en Santo Domingo de los Tsáchilas encontraron en sus secretos gastronómicos una forma de dar a conocer sus costumbres y tradiciones.
Más de una hora tarda el tsáchila Richard Aguavil, de 24 años, en colocar el achiote en su cabello. Él decidió vestir su atuendo tradicional cada vez que transita por las calles de Santo Domingo. Así lo hacían sus antepasados en 1958, cuando la ciudad empezó a poblarse.
En la comuna tsáchila Chigüilpe, la iglesia Cristo Luz del Mundo guarda un sentido singular para esta etnia de Santo Domingo de los Tsáchilas.
El achiote es primordial en el Carnaval tsáchila. Los hombres pintan su cabello con la fruta y las mujeres su frente.
Unas 50 personas llevan el apellido Loche en las comunas tsáchilas El Cóngoma y Colorados del Búa, en la provincia de Santo Domingo. Ese es uno de los cuatro apellidos, que poco a poco han ido desapareciendo en las comunas.
El trinar de las aves, el viento cálido y el aire puro que se respira en el bosque le dan paz a Byron Calazacón. Lejos del ruido de la ciudad, la naturaleza y el entorno de su comuna lo ayudan a conectarse con la realidad de su gente.
El impulso a la agroproducción y al turismo es uno de los anhelos que los tsáchilas plasmaron en su Plan de Vida. Este es un proyecto en el que se recopilan las problemáticas de las siete comunas y las posibles soluciones.
Las cabañas y chozas que se edifican en las comunas de la nacionalidad Tsáchila ya se adaptan a las nuevas tendencias de la construcción.