Una serie de líneas talladas en piedra, en una caverna cerca del extremo suroccidental de Europa, sería la prueba de que el hombre de Neandertal era más inteligente y creativo de lo que se pensaba.
Un estudio científico británico cuestiona la teoría acuñada por expertos en España de que los neandertales, eminentemente carnívoros, también comían vegetales y hasta conocían las cualidades medicinales de algunas plantas.
Un equipo de investigadores de EE.UU. y Croacia ha descubierto evidencias del tumor de huesos más antiguo que se tiene constancia en los restos de un Neanderthal de hace más de 120 000 años, según un estudio publicado hoy en la revista científica Plos One. La investigación, liderada por el doctor David Frayer del Departamento de Antropología de la Universidad de Kansas, se centró en el análisis de la costilla de un Neanderthal hallado en Croacia, y que reveló rastros de un cáncer óseo similar a los que se diagnostican hoy en día.
El Museo de Neandertal de la localidad alemana de Mettmann, en el oeste del país, recibe desde hoy a sus visitantes con una réplica a tamaño natural de ese hombre primitivo vestido de ejecutivo moderno. El "George Clooney de la edad de piedra" da la bienvenida elegantemente vestido con un terno gris, camisa y corbata, así como una barba de tres días, muy de moda también entre los hombres de negocios de la actualidad. Modelado con silicona, el Neandertal del siglo XXI, de complexión fuerte y cabellos grisáceos, puede pasar, sin embargo, casi desapercibido por la normalidad de su aspecto. Los responsables del Museo de Mettmann han querido con su nueva atracción demostrar que este extinto hombre primitivo, que vivió hace 30 000 años en Europa, es más parecido a nosotros de lo que la gente se imagina. Todos tenemos algo de Neandertal, asegura el museo, sobre todo tras demostrarse científicamente que el hombre moderno lleva un cuatro por ciento de herencia genética del legendario antepasado
Al igual que los Homo Sapiens, los hombres de Neandertal comían crustáceos hace 150 000 años, según un estudio realizado por investigadores españoles a partir del descubrimiento de restos de conchas en una cueva en el sur de España.