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Rafael Correa está terriblemente molesto con César Ricaurte de Fundamedios y con quienes fueron hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para exponer la forma en la que su gobierno acosa al periodismo.
Unasur tenía dos opciones. Convertirse en un club de presidentes amigos que se hacen favores o en un organismo de coordinación política regional.
Si es verdad que hay facciones en el Gobierno interesadas en defenestrar a Ricardo Patiño, esas fuerzas debieron haberse complotado para nombrar al Canciller como representante para que defendiera al régimen en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH, por las acusaciones que le hacen de vulnerar la libertad de expresión.
Édison Cosíos ingresó al Eugenio Espejo para ser atendido por las lesiones que le ocasionó el impacto de una bomba lacrimógena en la cabeza. Él, junto con otros estudiantes, había salido a protestar en contra del bachillerato unificado. Su caso fue difundido ampliamente y el presidente Correa lo visitó. Ofreció llevarlo al exterior.
El Código Penal que el Gobierno trata de aprobar es la materialización más evidente del modelo despótico y autocrático en el que se ha venido trabajando desde hace cinco años.
Galo Chiriboga es un hombre de mucha suerte. Ahora mismo el Fiscal General tiene a los astros alineados a su favor para que pueda demostrar que esos periodistas corruptos y perversos que pusieron en duda su supuesta falta de independencia frente al Yo el Supremo estaban mintiendo.
Esta la carta que Soris Soliz Carrión ha enviado a EL COMERCIO con copia a mi persona. Es en referencia al artículo "Sin vergüenza en la cara" que escribí el domingo 4 de septiembre. Dice sentirse injuriada.
La sentencia según la cual los directivos de un diario son corresponsables por las opiniones que emiten sus columnistas le hace un daño profundo y perverso al país. Un daño tan perverso y tan profundo como el que le hace al país el gobernante que no solo impulsó esa sentencia sino que no para de justificarla. El daño es múltiple y no tiene atenuantes. Se golpea de forma contundente a una de las expresiones más antiguas e importantes de la opinión pública en cualquier sociedad moderna: la posibilidad de expresar opiniones libres e independientes a través de artículos en un diario. El descabellado y muy poco iluminado argumento, según el cual lo que se dice en una columna es responsabilidad del diario, puede convertirse en un precedente siniestro para la sociedad ecuatoriana. De llegar a establecerse este alucinado principio, como pretende Correa, la variedad de pensamiento y opinión quedará anulada de las páginas de cualquier diario. La cretina y falsa idea de que las columnas firmadas
La decisión de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, de quitarle validez procesal a los correos hallados en los computadores de Raúl Reyes, no podía llegar en mejor momento.